domingo, 27 de noviembre de 2011

12º Cap.d Cofradía NeoF.: Espiritualidad de Meditación Contemplativa





12º Capítulo del Manual de la Cofradía Neofranciscana:.

APERTURA A LAS MARAVILLAS DE LA ILIMINITUD EN LA CREATIVIDAD ASOMBROSA DEL MULTIVERSO



La idea fundacional clave de la nueva Edad humana y planetaria que surge con la nueva Civilización de Cristal que despunta, como un embrión de esperanzas que se desarrolla hasta ser decisivo en el cuerpo social en momento futuro, viene de la Física y otras ciencias avanzadas,de manos con las ciencias de la meditación, con su clarificación mental y pacificación emocional, fortaleza y paz de espíritu. Surge para despertar consciencias para el conocimiento de revelaciones científicas revolucionarias con grandes repercusiones espirituales y filosóficas.

Hay que precisar que esta idea desarrollada a modo de sistema ideológico es un paso de gigante, entre otros factores en la apertura de perspectivas, de cosmovisiones amplificadoras de la realidad, aunque tampoco sea nueva, solo que ahora está científicamente confirmada, con teorías que pertenecían a la cosmovisión de culturas chamánicas y antguas religiones "mágicas" (que por otro lado, lo son todas, pero mayormente goéticas, no teúrgicas, de magia mitológica y rital manipuladora de masas.

Mucho antes de Ptolomeo y los antropocéntricos puros, ya creían los antiguos chamanes de la anterior Edad Paleolítica durante muchos miles de años en la evidencia intuitiva y observable (para ellos) de que la realidad no se atenía solo a lo que podían ver y tocar si no que existíamos en una realidad infinitamente diversa y multidimensional.El hecho es que tras los descubrimientos científicos de las últimas décadas el concepto de “Universo” para describir la macro-realidad se ha verificado demasiado reduccionista y obsoleto.

Todo apunta y desvela, en el reino cristalino de las divinas geometrías, las letras y los números, observando a la realidad desde unos medios y una forma de percepción más abierta, avanzada y cristalina, de que existimos en un Multiverso de infinitudes con innumerables cosmos y Universos. Hay muchas más realidades de las que hubiéramos jamás imaginar, muchas más posibilidades y dimensiones.


Esto no se refiere solo a las grandes escalas cosmogónicas, tan inmensas como lejanas, si no que nos toca en el mismo aquí y el Ahora. En escala microcósmica, estamos conformados y participamos directamente, por dentro y por fuera de nuestro ser, en este misterio multidimnensional.

Conformamos una mezcla lumínica en complejíssimos sistemas de redes, cuerdas, energía en forma de vibración, por un lado, interaccionando sin importar las largas distancias para vibrar en consonancia perfecta,  Y el abismo del Vacío cósmico por otro. Esto significa, entre otras cosas, que hay muchas preguntas, pero también también tiene una respuesta, una fórmula creativa por medio de la cual podemos comprender, y así poder cambiar para mejor la realidad.


Ahora hay muchas más razones para tener esperanzas, aunque no deje de asombrarnos las inmensidades de la Nada y el Vacío así como el aparente cambio permanente en la imprevisibilidad última de la vida en la materia. Nuestra espiritualidad se ha vuelto más cósmica, más abierta, sensible a la sorprendente naturaleza de la verdadera realidad. El cosmos ha dejado de ser un tipo de prisión para conversirse en una vastisima Inmensidad por la cual nos movemos a altisimas velocidades.

En su condición de memorialistas, por estar basados de un modo central en la veneración inspirada por san Francisco de Asiz en sus enseñanzas, externas e internas, como en el recuerdo de su ejemplo vital, los miembros o simpatizantes de la (Des) Orden Neofranciscana, estamos necesariamente muy caracterizados como místicos contemplativos, practicantes de una contemplatividad meditativa, o meditación contemplativa. como Amantes de la Paz y la Belleza, la Belleza espiritual por en cima de todo.

Nos Êxtasiamos contemplando el cosmos, el orden cósmico, la contemplación astronómica y astrofísica asombrosa cuando hecha a fondo, con el añadido de una contemplación reflexiva acerca del Multiverso con su Infinidad de Universos, de otros cosmos, mundos, induce a estados de consciencia meditativos por si mismos amplificadores de la consciencia humana, de las perspectivas de nuestra especie sobre el Infinito en el que estamos insertados y manifestados, su Infinitud de posibilidades. 

Contemplamos la Gran Armonia Cósmica como una manifestación del Ser divino, y en los seres vivos emanaciones de las perfecciones del Ser divino, individualidades que lo reproducen y lo seguirán haciendo infinitud de veces, en nuestras meditaciones, conectamos con el sentido de centralidad del absoluto divino en tudo, tras el mundo fenoménico de la dualidad y la relatividad.

Somos místicos contemplativos siguiendo la misma línea de tradición contemplativa, desde nuestro Santo Padre Fundador, con una espiritualidad cosmicizante que de admira y disfruta contemplando su propria posición en un cosmos infinito, y las individualidades como microcosmos que reproducen el Todo en la Gran Armonía Cósmica y que en la Esencia del Ser son parte autoconsciente del Infinito.



lunes, 21 de noviembre de 2011

11ºCap. Cofradía Neo-F.: La Parte Sublime de la Brevedad




11º CAPÍTULO DE LA (DES) ORDEN NEOFRANCISCANA:

LA PARTE SUBLIME DE DA BREVEDAD 

Nadie puede creerse parte del espíritu de san Francisco de Asiz, o sea, partícipe de sus dichas, experiencia, conocimiento y encantamiento, con estar hermanado con su "espiritualidad", y por lo tanto "neofranciscano", si no ha conocido ya el transe provocado por el conocimiento -inevitable en se tratando de un camino espiritual real, válido y legítimo, si no ha pasado por la reflexión del conocimiento experimental, emotivo, con la consecuente angústia, que muchas veces es inevitable, acerca de la brevedad de la consciencia individual -por la permanencia de estar manifestado en el cuerpo de um ser humano por ejemplo.

Para algunas personas, entre al cuales algunas de una inteligencia brillante hasta ahora insuperables en términos de sabiduría, ésta reflexión, ha veces nacida a modo de observación, de la brevedad de una existencia humana en un orden temporal, de tiempo breve, de paso, no de estancia permanente, con una experiencia inevitável del cambio, la sorpresa, acerda de la fragilidad y brevedad de una vida humana.

Para otros, incluso entre aquellas mentes geniales, ésta reflexión acababa llevando algunos e algunas de abdicación voluntaria de la propia pervivencia na fragilidad y brevedad de un cuerpo físico, de duracción temporal, sujeta a un período de tiempo de vida que se agota, transformándose num cambio total.

Y quienes tratamos, tras el intento de digerirlo mentalmente, cuidadando lo mejor posible de admnistrarlo como una vivencia breve num cuerpo mortal, propáblemente en una consciencia de individualidad que sobrevive à desintegración del cuerpo físico nuestro conocido.

Aquí concretamente, ésta diamantina esfera sagrada do tempo-espaço cristalino atemporal, aliado con los Inmortales, como mínimo, co-eterno.. Con él estamos quienes, inspirados en la vida y obra y ejemplo de san Francisco de Asíz, como otros de otras manifestaciones del Ser divino, que en vez de la angústia superamos la parte máis dificil de integrar en uno mismo en lo que a consciencia cristalina acerca de lo que a ésta reflexión se refiere, con el desapego que nos inspira nuestro común Avatar.


Por un lado enseñandonos a que nos acostumbremos de que hay una nueva vida posterior al acto de abando nar un cuerpo humano con tiempo vital quue se agota, a la idea de que una individualidad sobrevive, tiene pervivência, a la extinción de la vida tal cómo se manifestó en un cuerpo físico humana en el nivel basto e quizás inferior dónde parece que la vida está manifestada.

Un nuevo cuerpo "físico", o un cuerpo, de otra vibración, existe para recibir y hacer reposar para que siga existiendo la consciencia individual manifestada en una nueva dimensión, o várias nuevas, para la consciencia, que trascende la aparente mortalidad o final de la vida tal como reconocemos un ser, persona y espíritu, en una vida, o varias.

La brevedad también contiene en si misma una belleza intrinseca dificil de expresar en lo tanto que vale ey tienen valor muy cercano a lo sagrado. Contiene la aportación de un nuevo sentido de disfrute de una nueva orden de realidad, que es sagrada, como la vida misma, y la otra parte de su ser manifiesto que se dedica a sobrevivir en la fragilidad de un cuerpo físico en el actual nivel evolutivo y civilización en que se encuentra la especie humana, mayormente en un estado lamentable.

Y ser solidario, antes que nada en el acto de aceptar la nueva situación, con perseverancia, es otro don divino que nos aporta nuestro Avatar san francisco de Asiz.

Por otra parte, en vez de cualquier temor lo que se experimenta es un amor reverencial, por toda la existencia, incluso por el propio destino, en tanto que todo es un adiós, un despedirse constante, que transforma los detalles más en apariencia sin importancia en los más significantes que se pueda imaginar, como momentos de espaciotiempo en realidad sagrados, que fican registrados en una dimensión muy especial de la memória de una borbuja en un Multiverso de infinitas posibilidades.

Un Multiverso hecho por inumerables, impensables cantidades de otros cosmos, formas de vida y consciencias, por las cuáles uno transita con un nuevo sentido, y el el ahora mismo de una vida humna, con un suprasentido, que le permite disfrutar intensamentre de cada momento presente y en sus oportunidades más preciosas, con las alternativas que presenta, la que incluya el no-hacer por un período sin el engañoso y equívoco sentido de la temporalidad, todo lo contrario a la brevedade, como espaciotiempos sagrados.

Si todo qu pasa por nuestras manos y en todos los sentidos es una despedida, cada toque, pensamiento, emoción, experiencia, hay una aproximación a lo sagrado, o a lo que tiene de potencialmente sagrado. En cada momento en cada cristal de espaciotiempo hay una dimensión sagrada, como testimonias, observadores y parte de un Ser cósmico.

Parte de más allá de la cosmicidad o cualquier otro plano de manifestación, y cada momento de vida y vitalidad de vida disponible tiene un valor incomensuarablemente equivalente o superior al del más valiosos de los poliedros cristalinos diamantinos, los diamantes, son microcristales de la memoria personal por naturaleza inolvidables, e indestructibles, no des-integrables, como parte de la memoria de este Universo. 

Y en segundo lugar, porque igualmente inspirados por el mismo Avatar nos inspira un cierto sentido de la belleza inmensurable, la sacralidad, que corresponde en cada momento de existencia vital disponible -de vida- a cada ser manifestado en un estado de ser humano, que trsnmite a la realidad disponible un campo imenso campo de posibilidades, todos bellos em sí mismos, por relevantes.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

10ºCap. Cofradía Neo-F.: Discernimiento Del Compuesto Mineral Humano Y Las Piedras Del Camino Neofranciscano


DISCERNIMIENTO DEL COMPUESTO MINERAL HUMANO, PROPIO Y AJENO, Y LAS PIEDRAS DEL CAMINO NEOFRANCISCANO, PARA SABER ORIENTARSE, EVITAR EL SUFRIMIENTO Y REALIZARSE. 


Si estableciéramos un paralelismo entre nuestro Amado Patrono Fundador el Kristós Francisco de Asíz y las piedras preciosas, el Santo Avatárico de la Nueva Edad Cristalina con la nueva humanidad y su civilización mucho más avanzada, se habría de equiparar entre los más grandes, transparentes y fulgurantes diamantes de cuán pocos se han descubierto y mantenido como tales en lo que se conoce de la Historia humana.


Lo verificaremos en detalle cuando abordemos, desde la perspectiva neofranciscana, la biografía de san Francisco de Asíz en la parte final de éste libro. Cuando las enseñanzas desarrolladas en la obra se vean comprendidas desde el ejemplo de vida inspirador de éste supremo diamante humano viviente desde la época "presente". 
  
Los seres biológicos como los humanos, así como la mayor parte de la "materia sólida inanimada" en tanto "piedras", están compuestos de  fórmulas minerales, animadas todas -en diferentes grados- por energía cósmica, hasta dónde conocemos, por el electromagnetismo, o sea, la energía de la luz. Como todo está interrelacionado, estamos reflejados en las piedras y éstas nos reflejan a nosotros. 

Establecer un paralelismo psicoemocional entre los minerales acuosos, dinámicos y fugaces como seres biológicos humanos y otros, y las categorías minerales pétreas, secas, estables y de un dinamismo lento en tanto se desarrollan por el "Tiempo Geológico", resulta especialmente clarificador.

En efecto, si le subtraímos el factor "tiempo" existen muchos más paralelismos entre la existencia de un ser humano y la de lo que parece a simple vista o razonamiento primerizo una simple piedra.

Si se entiende las clasificaciones gemológicas en términos psicoemocionales como metáforas o analogías con la naturaleza mineral humana, nos orientamos con más claridad tanto en el autoconocimiento como en el discernimiento de con quienes tratamos.

Así también como acerca de los lugares o situaciones dónde nos encontramos, o "dónde nos metemos", en el reconocimiento de los caminos que podemos recorrer y cuál de ellos elegimos para aventurarnos adentradonos en un cristal de espaciotiempo de la memoria cósmica que quedará para siempre, y por lo tanto, algo que merece un buen grado de discernimiento y claridad. 

Somos todos ecuaciones de compuestos minerales. En el mundo mineral fijado como "piedras", por ejemplo, las combinaciones de los elementos pueden ser claras y cristalinas, traslúcidas, opacas o radiactivas. Y entre los ejemplares de cada tipología, pueden haber minerales auténticos o falsos, o sea, en este último caso, parecer de un tipo y ser de otro.



Entre la cosmovisión y sobre todo práctica vivencial devota casi panteística de nuestro Avatar inspirador, y la Tradición de las Piedras Sagradas, existen muchas correlaciones, por lo que aquí se ofrecerá a nuestros Cofrades un modo de clasificación aproximada de los seres y las energías según los patrones de la Naturaleza Mineral, la Luz (cósmica) cristalizada en elementos que se combinan conformando diferentes fórmulas minerales. 


Como los minerales, los seres humanos también se subdividen, con innumerables matices y singularidades, entre gemas preciosas adamantinas y cristalinas, piedras brutas opacas masivas, falsas u engañosas gemas preciosas, y muchísimo polvo de piedras amorfas o plásticas utilizados en la bisutería barata, en el otro extremo de la “alta joyería”, o en el lenguaje que más nos atañe, con la auténtica espiritualidad, y los diferentes grados de unión y acercamiento, o de separatividad, con el Gran Uno, la Divinidad.


Precavidos estemos por lo tanto los Frateres y Sorores de la Cofradía, para no malgastar nuestro precioso tiempo disponible, ni perderlo del todo, exponiéndonos a demasiada exposición directa de espaciotiempo vital compartiéndolo innecesariamente con cristales humanos muy embrutecidos, afilados y cortantes o radiactivos, sobre todo en se tratando de que lo sean por su propia voluntad, del mismo modo que involucrándonos con circunstancias o lugares equivalentes.


Guardemos el mejor de nuestro tiempo y nuestras energías cultivando la consciencia adamantina y la sanación del entorno que desperdiciándolo con las livianas, frívolas o hirientes conversaciones con los cristales humanos mal formados del gremio de la violencia, el engaño y la impostura, con su compañía constante -si la podemos evitar- o con ellos establecer pactos, compromisos u asociaciones.


Las falsas gemas humanas son enemigas de la paz, la sabiduría y el amor, en síntesis, son adversarias hostiles de la vida, como mínimo, de una vida con buena calidad y, al menos en parte, feliz. Para empezar, por que proponen lo que no poseen, y por esto mismo defraudan la vida, le quitan energía vital con falsas riquezas, seguridades o promesas.


Para evitar el sufrimiento y saber localizarte en la vida en función de adónde quieres realmente llegar, reconoce y discierne que entre los seres humanos, como entre los minerales pétreos, hay como mínimo seis tipos psicoemocionales y espirituales básicos: las gemas preciosas transparentes, incoloras o naturalmente coloreadas, las gemas traslúcidas, las piedras cristalinas pero opacas, las piedras brutas amorfas no cristalinas o anti-cristalinas, las piedras radiactivas y la bisutería barata que se intenta hacer creer valiosa.


En la categoría de las piedras amorfas, incluyendo las radiactivas, hay mucha bisutería barata que intenta parecerse con las gemas preciosas, que suelen ser minerales no-cristalinos como las sustancias plásticas -petrolíferas- o simplemente vítreas. Muchas de ellas son falsificaciones tan bastas que una simple mirada atenta, el verificar su grado de densidad -su bajo peso-, o la falta de aristas rotundas, más bien onduladas, se descubre una impostura.


Pero también existen pseudo-gemas que imitan tan bien las auténticas piedras cristalinas que  pueden engañar a distancia al observador, o incluso de cerca, si a éste le falta el conocimiento adquirido por la experiencia que sabe discernir los auténticos tesoros cristalinos de los elementos bastos y amorfos, falsamente cristalinos, que se fingen gemas de verdad solo en el intento de engañar.


Verdaderas o falsas, todas tienen un lugar y una existencia válida en la manifestación. Hay que haber de todo, es imposible que fuera de otra forma en el Infinito, pero si uno sabe adonde quiere llegar a ser y a estar, le conviene aprender a discernir las variantes.


Cuanto más consciencia cristalina desarrollada existe en uno mismo, más fácil es el discernimiento preciso de la realidad. Ocurre a veces por la misma intuición, a la velocidad de la luz, sin necesidad de buscar opiniones ajenas, estudiar muy a fondo, consultar manuales o hacer adivinanzas.


Recuerda que tu sustancia física como ser humano es un compuesto de 55 elementos combinados en numerosas fórmulas minerales, con mucha agua y carbono, y que éste último cristaliza en estado puro en la naturaleza de dos maneras: como como diamante o grafito, en función del tiempo de maduración en cristalizarse, grado de presión y unos pocos factores más. Y es que algo muy parecido ocurre entre los seres humanos.


Lo tienes todo en tanto materia física diamantina como un compuesto mineral basado en la química del carbono: sólo te falta despertar la consciencia adamantina del Ser. En ésto consiste el supremo desafío de la experiencia humana, y lo que define su porvenir.


En éste núcleo de la consciencia cristalina-adamantina está mucho más que tu corona espiritual, es tu verdadera y máxima identidad, atemporal, ilimitada, en la esencia lumínica eterna e inmaterial del verdadero Yo.


Es allí dónde reside la llave de toda sanación, felicidad y Plenitud. Al integrar ésta consciencia cristalina del Ser, en el santuario del "ser interior", en lo Esencial de uno mismo, la misma precisión cristalina de discernimiento se presenta entre las habilidades de tu "ser exterior", como un cuerpo, ego y persona manifestada en la condición humana, con recursos especiales para autorrealizarse en Plenitud.


Lo precioso y lo engañoso se mezcla con facilidad en la realidad hermosa pero engañosa dónde se desarrolla lo humano. Algunas piedras, seres, decisiones o circunstancias, aportan riqueza y otras, aparte defraudar, pueden hacer daño o incluso matar. Tal como con las piedras, ocurre entre los seres humanos.


Entiende, acepta y hagas lo mejor con la ecuación mineral que te constituye. Olvídate de lo que no eres y vanamente te gustaría ser.

Desiste de hacer con que un mineral se transforme en otro sólo porque lo quieres diferente. A cambio, disfruta plena e intensamente de tu propia naturaleza. En la Esencia del Ser, todas las fórmulas minerales están compuestas en igualdad por el mismo factor supremo: son parte y emanaciones del Uno, la Gran Unidad deífica.


domingo, 6 de noviembre de 2011

9ºCap.d Cofradía Neo-F.: Mejor Pocas Palabras Que Lo Importante Son Los Hechos




RELIGIÓN, IRRELIGIÓN Y VERDAD. MEJOR SI HABLAS MENOS QUE LO IMPORTANTE SON LOS HECHOS


La auténtica experiencia religiosa es un evento sublime tan íntimo y personal, y luego, tan difícil de expresar con las palabras analógicas de cualquier idioma sin reducirla o distorsionarla, que éste es más bien un asunto privado que público. La verdadera espiritualidad pertenece a un mundo interior tan sagrado para el que la vive que, normalmente, es un ser de pocas palabras.


Su vivencia es tan entrañable, tan dificultosa de comunicar en palabras sin el riesgo de empobrecer o inducir a engaño el sentido más puro y trascendente de su experiencia, que la verborréa le equivaldría a un sacrilégio.


Muchos sabios prefirieron el silencio a lo largo de su vida. Lo que nos quedó de las enseñanzas de grandes Avatares fueron recorridas y transcritas por sus discípulos, como en el caso del Kristós Iesus de Nazareth o Siddarta el Budha  Algunos, como Lao Tsé, no han dejado escritas más que unas pocas líneas de texto, y aunque así, por la insistencia de un discípulo que -por circunstancias- no le dejó otra opción.


Esto por no citar que en el largo recorrido de la tradición humana huvo muchos más Grandes Avatares y Maestros de Sabiduría anónimos, que conocidos y reconocidos. Es una simpleza cercana a la bobería la creencia de que los seres espiritualmente iluminados, o más geniales de la Historia, fueron reconocidos como tal y que los conocemos todos. 


Muchos fueron ignorados, imposibilitados de resplandecer con lo que aportában a la humanidad, mal-interpretados y enseguida acallados y asesinados desapareciendo en el olvido (humano, no para el Espíritu, o la memoria cósmica y el mundo espiritual), otros compartieron sus tesoros con pequeños círculos de personas -si no una o dos- que lo lleváran consigo al partir del mundo humano.


Y entre tantos enredos posibles, hubo quienes ocultáran consigo mismos la propia iluminación genial o espiritual por no sentirse con el deber, la necesidade o mismo las ganas de compartirla, quizás porqué tenían claro que sus coetáneos srían incapazes de enterderlos y, como seres inteligentes qu eran, no quisiéran exponer la propia felicidad al escárnio o la destrucción salvaje por parte de los demás.


Conocemos muy pocos de los grandes Maestros de Sabiduría o genios que existiéron. Los más famosos lo son, sobre todo, porque alrededor de sus enseñanzas se desarrollaran grandes religiones como sistemas de poder para domesticar las masas humanas en regímenes de castas privilegiadas, necesitadas que eran de las mayorías como siervos, esclavos mentales prestativos, o como soldados..


Religiones que por cierto lo hiciéron distorsionando doctrinas espirituales originárias que impulsában una auténtica revolución libertária individual, que sumadas a otras, generarían una humanidad de seres libres, a la vez que solidarios y responsables.


En toda la Historia conocida, las grandes creencias han servido sobre todo para la explotación del ser humano por parte del poder en contra del beneficio y los intereses vitales de los creyentes. El ser consciente tiene así pocas creencias claves, y aunque así siempre bajo cierta sospecha crítica y con flexibilidad al cambio.


Mucha más prudencia tendrá aún con las opiniones ajenas mayormente seguidas y aceptadas y con los grandes sistemas de creencias colectivas. En esto sí que la Historia nos sirve como una bíblia "infalible": en su vasta mayoría todos los grandes sistemas de creencias colectivos estaban equivocados e indujerán a error. Y naturalmente, es evidente que no sólo en el pasado lejano o reciente. Prosigue así en el presente.


Desde las decenas de miles de años de la religión primordial de la que provenimos, el Chamanismo, hasta el presente, numerosos seres autorrealizados no habláran ni escribiérian ni predicáran.


El bien que muchos proporcionáran a los demás bastaba con su sólo presencia, con la resonancia de su Ser iluminado esparciéndose por el holograma de la especie humana. Quién realmente importaba y bastaba en conocerlos era el Gran Espíritu. Estos seres ayudáran la humanidad con el hecho de simplemente existir, de Ser, como un elo silencioso pero brillante y fundamental en la cadena de las generaciones, manteniendo encendida la chispa de la sabiduría Divina en la tradición humana.


Entre cientos y miles de culturas humanas, ¿cómo puede álguien dudar de que no faltáran seres de excelsa sabiduría, que prestáran un bien incomensurable a toda la especie humana sensillamente alumbrando unos pocos de su alrededor? No tanto con palabras sino con gestos, decisiones y ejemplos.


Lo hiciéran a seres que, a su vez, de algún modo supiéran retransmitir a las nuevas generaciones las luces que recibiéron de aquél gran Ser encarnado. Ayudáran a dezenas o cientos de generaciones de su cultura en una cierta área geográfica o mucho más allá de ella, simplemente por la inspiración de un sol de Saber y ejemplo de vida que éste Avatar anónimo les dejó, para luego inspirar a miles de seres humanos que nunca supiéran esu nombre o la misma existencia de este Ser inspirador primordial.


Otros Maestros y Maestras del Saber, antiguos o modernos, tuvieron por vocación y misión dejarnos hermosísimos textos de sabiduría atemporal, para nuestro deleite y felicidad, en obras que son y seguirán siendo actuales mientras el Ser se encuentre en la condición humana. Pero es raro que hayan sido predicadores, como máximo, fueran oradores, como Séneca.


Algunos los conocemos, por citar un Platón o un Aristóteles, ¿pero cuantos más gigantes del pensamiento, que pueden haber ido incluso mucho más allá de ambos, no tuviéron el incalculable património que nos legáran perdido por la quema de sus obras en tantas bibliotecas incendiadas por fanáticos de una religión de masas u otra?  


Sin embargo, algo nos quedó por escrito, sea por escritos propios o la recoleción de sus discípulos de lo que enseñaban. Es probable que las enseñanzas de unos y otros sean válidas y gratificantes incluso para seres de otros mundos o de varias civilizaciones extraterrestres, mientras que las más desarrolladas no las necesiten, porque ya las tienen plenamente incorporadas e integradas y les sobraría cualquier discurso. No perderían el tiempo teorizando sobre evidencias que les dan todo de lo mejor.  


Más distante aún se está de una verdadera religión o espiritualidad cristalina si el que la predica la enseña de una forma omniabarcante y agresiva, como si la suya fuera la única y absoluta verdad. Es raro que algunos de ellos estén dotados de razón y verdad. No hay paz ni serenidad en su interior si no pura emocionalidad, en general de turbios orígenes cuando no de un evidente lodazal pantanoso psicoemocional.


Sea con un asunto de orden espiritual o religioso, o cualquier otro, uno de los espetáculos más tristes, desagradables o irritantes al que puede sufrir una persona es el ser violentada en su espacio vital con la actitud invasiva de otra persona que le impone un trasto de discurso publicitando su propia fe o creencia fanática.


Defendiendo en público su fe religiosa entonces, obligándole a desconocidos de quienes desconoce completamente sus propias creencias a escuchar sus convicciones, sin haberles antes invitado al acto o preguntado si les interesa el sermón, el que lo hace se auto desclasifica sin redención posible.


Son tantos los que pregonean sus creencias con discursos cargados de promesas, afirmaciones sin ningún fundamento aparte un estricto acto de fe, lejano de cualquier racionalidad, con exigencias altisonantes de moralismos fátuos, proclamando sus ideas con nobles y retumbantes palabras que apenas disfrazan la soberbia y prepotencia del que las anúncia.


En modo de afrontar el espacio vital y la misma dignidad del oyente, como creyendose de una raza superior, sea moral, espiritual o cualquier otra, para una mayoría de seres sensatos la evidencia del absurdo, así como de la violencia y actitud irrespetuosa del que las proclama, desmoraliza enseguida y con facilidad lo que el propagandista intenta convencer o vender, lo que es lo mismo.


Pero lo más arriesgados es cuando el mismo objetivo de descentrar y arrebatar el otro hacía lo que no es lo suyo, no le beneficia o puede incluso prejudicarlo, a veces bastante y de un modo insalvable, proviene de alguien conocido, con un tono de voz y actitud calmada, convincente, en un pequeño grupo o en una conversa a dos, en un momento, lugar o circunstancia que no produce resistencias ni ganas de largarse.


Entonces es cuando la maravilla que son las palabras, más el lenguaje corporal y otros, claro, utilizadas con fines inobles -o criminales- peor daño pueden causar.


Por esto quién tiene ya en un grado de activación suficiente de consciencia cristalina y conexión directa con el Gran espíritu por medio de una centralidad acentuada en su propio ser, en este caso, eleva enseguida un especial grado de alerta, con calmada prudencia, pero también con una poderosa equidistancia interior vigilante que le hace adamantino, o sea, invicto en su propio camino y no arrastrable al intento de sedución ajeno, por más hábil y sofisticado que este resulte.


Y es que el Iniciado/a en la Sabiduría conoce perfectamente que, sobre todo en este final de Era agonizante, las palabras han perdido todo su valor y consistencia para una gran número de personas. Son simples medios utilitarios de lograr objetivos sin ética en detrimento del oyente, instrumentos sin consistencia utilizados de forma inconsecuente y ningun sentido de responsabilidad, al contrario del valor que se atribuy´´eron a las palabras en otros tiempos y culturas.


De modo que ahora más que nunca lo que dice de alguien, de lo que es, propone o puede repercutir en nuestras vidas, no es lo que dice si no hizo, hace y resulta de su vida.     


En el universo de la espiritualidad y las creencias profundas éste principio tiene suma importancia. Cuando uno ama está tan pleno de frenética felicidad, por ejemplo, lo primero que desea es compartirlo proclamándolo a cuaro vientos. Pero el amor que surge del cielo interior o las profundidades de una persona por algo trascendente, sublime y misterioso, que se relaciona con la espiritualidad del absoluto y la Presencia Divina, tanto en uno mismo como en el entorno, suele ser un amor de otra índole.  


Es un Amor que disfruta en el silencio íntimo con lo Amado, que casi teme ou cree inútil usar palabras para expresar la inmensidad que experimenta, pues es consciente que no pueden abarcar ni un reflejo lejano de de lo que no tiene límites. La experiencia de cercanía o fusión con el Infinito, con algo que ni la mente ni el cuerpo pueden abarcar, conlleva más bien à discrición de resguardarla en el silencio glorioso del santuario interior del propio espíritu, que con asombro e inexpresable felicidad, reconoce la Divina Presencia del Gran Espíritu junto o dentro del Uno Mismo.

Luego, cuando la experiencia de la Unión con lo Divino se asienta en uno mismo, pasa un "tiempo" y empiezan a surgir palabras con las cuáles expresar algunos reflejos de lo que no hay palabras para retransmitir lo Ilimitado, el ser bendecido por lo Sublime puede empezar a comunicar algo de la Gran Realidad misteriosa mucho más allá y maravillosa de lo cotidiando dónde vive la inmensa mayoría. Pero lo hace más por medio de pistas para que su oyente pueda experimentar algo más allá de su cotidianidad que por medio de enseñanzas o doctrinas.


Y aunque así, si lo hace, o transmite incluso algo más, el Bendecido -o Bendecida. sólo lo hace desde el discernimiento de que el receptor puede aprovechar algo de lo que se le dará, que en caso contrario, prefiere dejarle siguiendo su propio camino y ritmo de retorno inevitable al absoluto dónde ha venido, por respeto a la Gran Armonía, y no tiene la menor necesidad psicoemocional de interferir en la vida de los demás, y menos aún en la de quiénes no están preparados, no quieren o no pueden ir más allá de dónde se encuentran en términos de evolución de consciencia.


El absoluto no se puede expresar por medio de palabras ni otro medio usual del mundo relativo. Religarse con la Vida y la Plenitud que Ello proporciona es un regalo que sólo toca a quiénes no se les ocurre beneficiarse de ello más allá del tesoro incuantificable que experimentó.


El que espera con ello aprovecharse para acrecentar su vida con los pseudo benefícios o felicidades de la "materialidad" egoísta en términos humanos vulgares, consumistas, por la propia naturaleza densa y opaca en la que vibra tiene vedada tal experiencia. Puede utilizar todos los medios, recursos y subterfúgios, que el Infinito no se revelará.


Aunque existan casos de personas que anhelan sinceramente ésta experiencia de comuñión con lo divino y lo sagrado, viviendo una forma de vida inmersa en el frenesí materialista desde la parte más exterior de su ser o ego, sin dejar de sufrir un gran vacío persistente o un sentido de inutilidad en el fondo de todo, que con un poco de búsqueda, o cuando menos esperan, se deparan con el Sublime Gran Encuentro.


Lo más extraordinario que puede vivir lo humano -la experiencia de lo Divino en vida encarnada, con la brisa liberadora del Infinito expansionando la consciencia humana-cristalina de un modo deificante-, no se encuentra en un camino de discursos, promesas, doctrinaciones y espasmos emocionales pseudo-místicos discursivos o inducidos por otras vías, todas ilegítimas, sin espíritu realmente.


Es una experiencia única, íntima e instransferível. Se puede compartir en algunos casos pero no por palabras, o no muchas, sólo algunas, con gran densidad divina, precisión y en los momentos oportunos , porque la gran oportunidad de retransmisión ocurre por ma mediación de hechos ejemplificantes, muy significantes.


La única retransmisión posible de lo Divino ocurre por medio de un modo de ser y de vivir que irrádia un aura conectador con lo Divino, que le hace al  anhelante de la Plenitud experimentar, aunque por instantes, una fragrancia del Infinito, en instantes que, tarde o temprano, pueden modificar por completo no sólo una existencia humana si no varias, o muchísimas.

Experimentar el absoluto es una psicosíntesis supra-clarificadora difícil de compartir, imposible de describir sin reducirla o distorsionarla, pero merecedora de disfrutar regalándola como un don aquellos que uno siente que la anhelan sincera e intensamente -conscientemente o no-. Pero esto se produce en la privacidad, en un medio tranquilo, personal, desinteresado, íntimo y resguardado. Con paz y quietud.
 
Nuestro Amado Padre Fundador el Kristós de Asíz ha sido todo un magno ejemplo de un ser que usó de muchas menos palabras que de gestos para transmitir inspiraciones de religarse con el Uno a partir de su propia vivencia. Lo que él alcanzó es un tesoro que no se puede retransmitir con fórmulas pétreas ni exabruptos de palabras o discursos, pero que sí se puede ayudar a despertar como una semilla de luz en los demás, dando pistas para que uno descubra por si mismo como preparar el terreno fértil dónde descubrirá su propio camino a la Plenitud.


martes, 1 de noviembre de 2011

8ºCap. d Cofradía Neo-F.: El Individuo en el Infinito


EL INDIVIDUO EN EL INFINITO

Para ejemplificar nuestra inconformidad con cualquier tipo de “pensamiento único” o exclusivismo, que el franciscanismo siempre fue lo que más anti-sectario puede haber en el zoo ideológico de las culturas, invoquemos, aparte nuestro Amado Maestro y Avatar el Khristós Francisco de Asiz, algunas palabras orientadoras de otro Gran Maestro de la Cristalinidad.


Aun el pensador Blaise Pascal no fue un Cristal Humano Adamantino Despierto al 99,9% como nuestro Amado de Asis, utilizando aquí una terminología de la Tradición de las Piedras Sagradas, no lo fue menos que un auténtico CHAD 99,3. En nuestra medida gemosófica de grados de consciencia, como describo en detalle en algunos de los 36 libros de la Enciclopedia Gemosófica, Pascal estuvo entre los que alcanzáran una amplia cosmovisión cristalina de la auténtica realidad, entre los cientos de personalidades que cito, o reproduzco sus citas, en la obra.


La oración poética-metafísica que aquí reproducimos, no faltará nunca para un neofranciscano descarriado, desviado u olvidado, sufriente, recordándole con lucidez acerca de lo que Hay, de lo que Es realmente importante, de dónde y cómo situarse. Sabrá así reponer cada cosa en su justo nivel de consciencia. Dijo este pensador de tendencias franciscanas:


“Porque, de hecho, ¿qué es el hombre en la naturaleza? Nada, en comparación con el Infinito. Todo en comparación con la Nada. Algo intermedio entre la nada y el todo. Dado que está infinitamente alejado de abarcar los extremos, el principio de las cosas y su final le están ocultos sin remedio en un secreto impenetrable, es tan incapaz de ver la Nada a partir de la que fue creado como de ver el Infinito que lo absorberá.


¿Qué puede hacer, entonces, salvo percibir las apariencias de la parte intermedia de las cosas, en una eterna desesperación por conocer tanto su origen como su final? Todas las cosas proceden de la Nada, y son conducidas hacia el Infinito. ¿Quién seguirá esos procesos maravillosos? El Autor de esos milagros los comprende. Nadie salvo él.”


Sí, Pascal, y como Él/Ella en su Divina Presencia omniconsciente reside a modo de reflejo y emanación en la Esencia del Ser de cada uno como un Cristal inmaterial de consciencia cristalina adamantina, indestructible, un microcosmos que en potencia, conoce, Sabe y Existe igual que el Todo, el Goce Divino de la compreensión holística está en el fondo de cada uno de nosotros.


El Iniciado y CHAD 99,6 Carlos Castañeda también habló de ello, sobre todo en su obra "El Lado Activo del Infinito".


Pero nuestro amado Kristós Franciscus de Asiz, un CHAD 99,9 (en la numerología cabalística, número de la "Semilla Divina" desarrollada al 10 de la Plenitud) no tanto con palabras como con su ejemplo de vida y consciencia espiritual es quién más nos enseñó acerca del Infinito.


Para el "Gran Santo de los santos", su vida y ejemplo nos muestra un Ser que ha ido mucho más allá de las palabras, alguien plenamente autorrealizado que supo vivir en la consciencia del absoluto divino desde que su mente conectó en pleno con "el Supremo", en la aurora de una iluminación espiritual de consciencia cristalina estable, inamovible.

En el misterio del absoluto, él reconocía en la naturaleza, los animales, las piedras, en sus hermanos y hermanas de la Orden Franciscana como en todos seres humanos, expresiones exteriormente inconscientes del absoluto, por lo tanto, emanaciones divinas dignas de amor. Franciscus ha vivido en estado de fusión con el absoluto, y así, resplandeciendo con la fragancia carismática de la Iliminitud.


Por que en cada individuo hay un punto de llegada y de partida al Infinito. En la dimensión superior de la Gran Realidad, en cada punto del Universo y el Multiverso está el centro de todo. A ti, lector/a, llegan virtualmente líneas matemáticas desde todo el cosmos como al centro de todo, y desde ti, fluyen ecuaciones sin límites a todas partes.


Todo lo que piensas, sientes, hablas o callas, haces o no-haces, tiene una resonancia cósmica. Tu ser y vida vienen del Infinito y al Infinito volverán. Estás inmerso en el absoluto.

La relatividad te envuelve como una pantalla fantástica en tanto "fantasía", apariencia exterior, fugaz y limitada, distorsionada del sentir la verdadera Iliminitud que existe en el aquí y Ahora. Igual que en las impresiones egóicas del ser exterior centrado en la personalidad, en la superficie cambiante del error de creerse separado y distinto de lo demás en el seno de la Gran Unidad del absoluto divino.


Si vives sólo en ésta parte exterior del ser, en la ilusión de un ego inmerso pero creyéndose separado del Todo, estás a la intemperie. Cambiarás según apunte el aire, el astral, los demás y las circunstancias. Como un árbol sin raíces, existirás "caído" aunque te encuentres de pie.


Si hay calma, te aburres, si hay tormenta, estarás atormentado. Tendrás sed pero sólo accederás al agua salada. Si los rayos solares son implacables y no te puedes abrigar, te quedarás chamuscado; si hay un ambiente gélido, estarás desnudo. Pero si en vez de la superficie, una parte de tu ser flota en ella pero lo central y lo fundamental reside en la percepción de las profundidades del Ser y la Existencia, fusionado con el absoluto más allá del tiempo, como habitante y parte del Infinito, no habrá tormenta ni circunstancia que podrá contra tu paz profunda, serenidad y felicidad esencial.


Si te mueves por la relatividad con tu cuerpo y personalidad a modo de vehículo -por la vida en sociedad, o comunidad-, pero tu centro de gravedad psicoemocional y espiritual reside establemente en la comprensión del absoluto omnipresente, ninguna ecuación reducionista podrá contra la libertad intensa de saberse un espíritu viajero por lo que no tiene límites, en un sin fin de posibilidades omnipresentes en el mismo aquí y Ahora. Asentado en las alas del Infinito, nada ni nadie te quitará una sonrisa inabalable tras la máscara de lo que se presente en tu rostro o hagan con tu cuerpo.