53º Capitulo del Líber Concilium Manualis Neofranciscanus Asisiano:
¿HAY UNA RELIGIÓN TÁNTRICA – SEXUAL – COMO PARTE DE LAS CREENCIAS O LAS PRÁCTICAS DEVOCIONALES DE LOS “NEOFRANCISCANOS”?
No es cierto afirman que todos la pratiquen pero no son pocos los/as neofranciscanos/as que por amor a su voto monacal también aman ésta tradición religiosa oriental ancestral de la humanidad. Estos se orientan de un modo central por la filosofía del Tantra.
El Tantrismo tiene además muchas formas de ser practicado, entre las diferentes técnicas y Escuelas de Tantra Yoga, incluso aquellas sin cualquier relacionamento físico con otra persona. Es cuando no se está solo ni acompañado. Se está solo con el Tao que trasciende cualquier polaridad.
El Tantra es una filosofía mística con una disciplina ascética de procedencia tibetana basada en la armonía y el equilibrio de los principios cósmicos Yin y Yang, la energía divina unida en un dinamismo complementar creativo entre los principios lunar, o cósmico -”femenino”-, con el principio solar, “masculino”.
Mientras surgía esta revelación y tradición naciente en Asía, en Medio Oriente el Zoroastrismo adoctrinaba sobre dos Principios contrapuestos de la Creación radicalmente antagónicos entre sí, el Bien y el Mal, la Luz y la Oscuridad. Y el monoteísmo era todavía una pequeña secta étnica del pueblo Abrahámico sin efectos sobre los destinos de la Historia humana.
De un modo u otro, en una época posterior los monoteísmos recurriéron numerosas veces evocando estas voces "heterodoxas" o "paganas" para atacarlas, soplando vientos guerreros para destruirlas, para dirigir los Estados a su favor en contra de los que pensaban diferente, con sus “Guerras Santas” internas o externas. Pero en el lejano Oriente, las criminosas manos teomaníacas occidentales de hace siglos no pudieran extender su imperio con guerras de devastación y conquista.
Los maestros del Tantrismo desarrollaron diversas formas o técnicas para transformar la energía sexual del ser humano en un plus de consciencia y energía vital, capaces de sublimarla incluso en consciencia búdica, en iluminación espiritual.
Hay técnicas simplemente de respiración y de centramiento interior, utilizando a veces símbolos de visualización sagrados, o cristales y minerales especiales además de hierbas, perfumes e iguarias finas, pero también hay un rico repertorio de técnicas sexuales que se pueden practicar sólo u acompañado.
En este caso, el objetivo del “homo tantricus cristalinum” es utilizar el poder magnético de la sensualidad, o del erotismo, mejor, en una fuerza de ampliación de consciencia, en una activación de la cura física y psicoemocional, de fuerte conexión con lo divino en la esfera húmeda de lo sagrado en la condición humana, es central en esta forma de practicar el Tantra.
Cuanto a la Cofradía, ¡¿Quiénes somos para siquiera hablar de las prácticas religiosas o íntimas y personales, sean las de nuestros fráteres o sórores como de cualquiera en absoluto?! ¿Para cualquiera no es tal licencia una falta de respecto incluso ofensiva, aparte de invasiva y mal-educada? Esto independe a conformar parte del espíritu filosófico de una Cofradía laica completamente anarco-individualista, es una cuestión de ciudadanía, de derechos fundamentales, como el de la privacidad.
Todo lo referente a los/as "tántricos" neofranciscanos/as pertenece al espacio privado de cada cual, lo que creemos con vehemencia que ser un derecho fundamental e inalienable sagrado del individuo. Éste es libre para utilizar todo lo que dispone, honestamente, para lo que desee, y si es para crecer espiritualmente pues mucho mejor, sin tener de hacerlo algo más que un asunto íntimo.
Los neofranciscanos creemos absolutamente en que la auténtica espiritualidad entra en la orden de lo que es rigurosamente personal y privado, con pleno derecho -u obligación- de ser respectado como un elemento estrictamente sólo de la vida personal del individuo, y por lo tanto, fuera del dominio público, como suele ser la voluntad de la mayoría de las personas verdaderamente espirituales, lo contrario de los fanáticos (el presente libro es una excepción inevitable en la Era de la Transparencia naciente).
Por principio, no hablamos de estas intimidades, y si son propias menos, por no caer en contradicción reproduciendo el mal con el ejemplo equivocado. El respecto a la privacidad, la intimidad y la libertad, con consciencia y solidariedad universal, son nuestra divisa de ahora, como antes fueron la igualdad, la libertad y la fraternidad, que siguen vigentes. Las nuevas conquistas no deben de socavar los anteriores derechos adquiridos.
Del tantrismo espiritual o práctico de los neofranciscanos, lo que podemos decir es que, habiendo una importante corriente que lo practica, y siguiendo las enseñanzas tántricas tradicionales de siempre, que existe el denominado Tantra de la Vía (o la Mano) Izquierda, y el Tantra de la Vía o la “Mano Derecha”.
Ni por esto uno es siniestro y el otro bueno. Ambos pueden ser correctos o incorrectos según las intenciones o el grado de consciencia de quienes le practican.
La principal diferencia entre ambas tendencias, aun compartan las enseñanzas espirituales primeras o fundamentales del Tantra, es que los practicantes del Camino Izquierdo realizan el acto sexual, sean solos o acompañados, mientras los de la Vía Derecha practican la magia sexual de la sublimación alquímica, psico-emocional y espiritual, sin utilizar los órganos sexuales.
También ocurre que por ciclos, o temporadas, existan Hermanos y Hermanas que van cambiando de Vía o de Mano a lo largo de la vida.
Se dice que son practicantes del Tantra de la Mano Derecha si lo suyo es un ejercicio puramente mental o de consciencia, un rito interior como una disciplina diaria de meditación, un rito natural o sobrenatural de elevación de la energía vital, de los primeros Chakras – los centros energéticos – primarios del ser humano, con los superiores, del Séptimo al Noveno centro energético conocido como Cristaliunum Chakra en la Tradición, sin ninguna práctica sexual o erótica entremedio.
Tanto los seguidores del tantrismo de una Vía como de la otra celebran una liturgia personal que es un culto al Fuego sagrado y a la Energía Vital, considerada sagrada, viva y autoconsciente, procurando llegar al centro esencial y trascendente del Ser, para luego, trascender la condición humana re-uniéndose con la Fuente, el absoluto divino de la Plenitud, la Trascendencia.
Este es un camino iniciático, una tradición espiritual muy anterior al cristianismo, con un origen tibetano a perder de vista en la historia de las religiones, pero que se popularizó en la India en una época próxima de cuando se manifestó nuestro Amado Francisco de Asís en Occidente.
Así que de una forma misteriosa hay resonancias de sincronicidad entre ambos movimientos inspirados por un ideal común de amor y de exaltación por la vida, por más duro que resulte el desarrollo de su existencia en el grado evolutivo brutal de la condición animal humana como homo “sapiens” bestialis, un Espíritu Santo insufló vida física y espiritual en Occidente y en Oriente.
Quizás fue una respuesta de lo Alto, del Espíritu, como una esperanza para la especie humana tras el genocidio con el que la Iglesia Romana exterminó poco antes a los cátaros, los fieles del amor evangélico de la Provenza y otras regiones del continente europeo, con su primera cruzada, una bestialidad atroz e impiedosa iniciada contra cristianos de opinión divergente a las del Vaticano en la “Cristiandad” previa a Lutero.
Por suerte e fortuna para el experimento de la aventura humana, en otras partes del planeta como en Oriente, otras tradiciones espirituales, antiguas y ancestrales, o nuevas tradiciones, pudieran desarrollarse sin sufrir tanta violencia exterminadora, dejando vestigios acerca de sus conocimientos y prácticas.
Gracias a ello, muchos sabios del “pasado” (presentes en el Ahora absoluto, en una dimensión ya -relativamente- omnipresente) nos legaran unas herencias espirituales preciosas para o patrimonio cultural de la humanidad, no como ocurrió con las corrientes de pensamiento y ética que fueran diezmadas y pulverizadas en los siglos del imperialismo católico totalitario dominante en Occidente.
Auunque debe de constar aquí, por una cuestión básica de justicia para con la verdad histórica, que los seguidores del Tantra también fueran perseguidos o discriminados como “heréticos” por las falsas ortodoxias locales de la India medieval en su época.
En todo caso, es tan grave la ignorancia sexual de muchas personas, y tantos tienen además tan poco amor, respeto y erotismo, que el conocimiento acerca del Tantra siempre será actual y bienvenido. Como filosofía espiritual, es benefactor para muchos que incluso ya trascendieran la propia sexualidad praticante. El Tantra es un sistema filosófico de excelsa sabiduría apreciado -y practicado- por muchos/as neofranciscanos/as.
TANTRISMO E NEOFRANCISCANISMO
¿EXISTE UNA CORRIENTE DE NEOFRANCISCANISMO TÁNTRICO EN LA COFRADIA NEOFRANCISCANA?
¿HAY UNA RELIGIÓN TÁNTRICA – SEXUAL – COMO PARTE DE LAS CREENCIAS O LAS PRÁCTICAS DEVOCIONALES DE LOS “NEOFRANCISCANOS”?
No es cierto afirman que todos la pratiquen pero no son pocos los/as neofranciscanos/as que por amor a su voto monacal también aman ésta tradición religiosa oriental ancestral de la humanidad. Estos se orientan de un modo central por la filosofía del Tantra.
El Tantrismo tiene además muchas formas de ser practicado, entre las diferentes técnicas y Escuelas de Tantra Yoga, incluso aquellas sin cualquier relacionamento físico con otra persona. Es cuando no se está solo ni acompañado. Se está solo con el Tao que trasciende cualquier polaridad.
El Tantra es una filosofía mística con una disciplina ascética de procedencia tibetana basada en la armonía y el equilibrio de los principios cósmicos Yin y Yang, la energía divina unida en un dinamismo complementar creativo entre los principios lunar, o cósmico -”femenino”-, con el principio solar, “masculino”.
Mientras surgía esta revelación y tradición naciente en Asía, en Medio Oriente el Zoroastrismo adoctrinaba sobre dos Principios contrapuestos de la Creación radicalmente antagónicos entre sí, el Bien y el Mal, la Luz y la Oscuridad. Y el monoteísmo era todavía una pequeña secta étnica del pueblo Abrahámico sin efectos sobre los destinos de la Historia humana.
De un modo u otro, en una época posterior los monoteísmos recurriéron numerosas veces evocando estas voces "heterodoxas" o "paganas" para atacarlas, soplando vientos guerreros para destruirlas, para dirigir los Estados a su favor en contra de los que pensaban diferente, con sus “Guerras Santas” internas o externas. Pero en el lejano Oriente, las criminosas manos teomaníacas occidentales de hace siglos no pudieran extender su imperio con guerras de devastación y conquista.
Los maestros del Tantrismo desarrollaron diversas formas o técnicas para transformar la energía sexual del ser humano en un plus de consciencia y energía vital, capaces de sublimarla incluso en consciencia búdica, en iluminación espiritual.
Hay técnicas simplemente de respiración y de centramiento interior, utilizando a veces símbolos de visualización sagrados, o cristales y minerales especiales además de hierbas, perfumes e iguarias finas, pero también hay un rico repertorio de técnicas sexuales que se pueden practicar sólo u acompañado.
En este caso, el objetivo del “homo tantricus cristalinum” es utilizar el poder magnético de la sensualidad, o del erotismo, mejor, en una fuerza de ampliación de consciencia, en una activación de la cura física y psicoemocional, de fuerte conexión con lo divino en la esfera húmeda de lo sagrado en la condición humana, es central en esta forma de practicar el Tantra.
Cuanto a la Cofradía, ¡¿Quiénes somos para siquiera hablar de las prácticas religiosas o íntimas y personales, sean las de nuestros fráteres o sórores como de cualquiera en absoluto?! ¿Para cualquiera no es tal licencia una falta de respecto incluso ofensiva, aparte de invasiva y mal-educada? Esto independe a conformar parte del espíritu filosófico de una Cofradía laica completamente anarco-individualista, es una cuestión de ciudadanía, de derechos fundamentales, como el de la privacidad.
Todo lo referente a los/as "tántricos" neofranciscanos/as pertenece al espacio privado de cada cual, lo que creemos con vehemencia que ser un derecho fundamental e inalienable sagrado del individuo. Éste es libre para utilizar todo lo que dispone, honestamente, para lo que desee, y si es para crecer espiritualmente pues mucho mejor, sin tener de hacerlo algo más que un asunto íntimo.
Los neofranciscanos creemos absolutamente en que la auténtica espiritualidad entra en la orden de lo que es rigurosamente personal y privado, con pleno derecho -u obligación- de ser respectado como un elemento estrictamente sólo de la vida personal del individuo, y por lo tanto, fuera del dominio público, como suele ser la voluntad de la mayoría de las personas verdaderamente espirituales, lo contrario de los fanáticos (el presente libro es una excepción inevitable en la Era de la Transparencia naciente).
Por principio, no hablamos de estas intimidades, y si son propias menos, por no caer en contradicción reproduciendo el mal con el ejemplo equivocado. El respecto a la privacidad, la intimidad y la libertad, con consciencia y solidariedad universal, son nuestra divisa de ahora, como antes fueron la igualdad, la libertad y la fraternidad, que siguen vigentes. Las nuevas conquistas no deben de socavar los anteriores derechos adquiridos.
Del tantrismo espiritual o práctico de los neofranciscanos, lo que podemos decir es que, habiendo una importante corriente que lo practica, y siguiendo las enseñanzas tántricas tradicionales de siempre, que existe el denominado Tantra de la Vía (o la Mano) Izquierda, y el Tantra de la Vía o la “Mano Derecha”.
Ni por esto uno es siniestro y el otro bueno. Ambos pueden ser correctos o incorrectos según las intenciones o el grado de consciencia de quienes le practican.
La principal diferencia entre ambas tendencias, aun compartan las enseñanzas espirituales primeras o fundamentales del Tantra, es que los practicantes del Camino Izquierdo realizan el acto sexual, sean solos o acompañados, mientras los de la Vía Derecha practican la magia sexual de la sublimación alquímica, psico-emocional y espiritual, sin utilizar los órganos sexuales.
También ocurre que por ciclos, o temporadas, existan Hermanos y Hermanas que van cambiando de Vía o de Mano a lo largo de la vida.
Se dice que son practicantes del Tantra de la Mano Derecha si lo suyo es un ejercicio puramente mental o de consciencia, un rito interior como una disciplina diaria de meditación, un rito natural o sobrenatural de elevación de la energía vital, de los primeros Chakras – los centros energéticos – primarios del ser humano, con los superiores, del Séptimo al Noveno centro energético conocido como Cristaliunum Chakra en la Tradición, sin ninguna práctica sexual o erótica entremedio.
Tanto los seguidores del tantrismo de una Vía como de la otra celebran una liturgia personal que es un culto al Fuego sagrado y a la Energía Vital, considerada sagrada, viva y autoconsciente, procurando llegar al centro esencial y trascendente del Ser, para luego, trascender la condición humana re-uniéndose con la Fuente, el absoluto divino de la Plenitud, la Trascendencia.
Este es un camino iniciático, una tradición espiritual muy anterior al cristianismo, con un origen tibetano a perder de vista en la historia de las religiones, pero que se popularizó en la India en una época próxima de cuando se manifestó nuestro Amado Francisco de Asís en Occidente.
Así que de una forma misteriosa hay resonancias de sincronicidad entre ambos movimientos inspirados por un ideal común de amor y de exaltación por la vida, por más duro que resulte el desarrollo de su existencia en el grado evolutivo brutal de la condición animal humana como homo “sapiens” bestialis, un Espíritu Santo insufló vida física y espiritual en Occidente y en Oriente.
Quizás fue una respuesta de lo Alto, del Espíritu, como una esperanza para la especie humana tras el genocidio con el que la Iglesia Romana exterminó poco antes a los cátaros, los fieles del amor evangélico de la Provenza y otras regiones del continente europeo, con su primera cruzada, una bestialidad atroz e impiedosa iniciada contra cristianos de opinión divergente a las del Vaticano en la “Cristiandad” previa a Lutero.
Por suerte e fortuna para el experimento de la aventura humana, en otras partes del planeta como en Oriente, otras tradiciones espirituales, antiguas y ancestrales, o nuevas tradiciones, pudieran desarrollarse sin sufrir tanta violencia exterminadora, dejando vestigios acerca de sus conocimientos y prácticas.
Gracias a ello, muchos sabios del “pasado” (presentes en el Ahora absoluto, en una dimensión ya -relativamente- omnipresente) nos legaran unas herencias espirituales preciosas para o patrimonio cultural de la humanidad, no como ocurrió con las corrientes de pensamiento y ética que fueran diezmadas y pulverizadas en los siglos del imperialismo católico totalitario dominante en Occidente.
Auunque debe de constar aquí, por una cuestión básica de justicia para con la verdad histórica, que los seguidores del Tantra también fueran perseguidos o discriminados como “heréticos” por las falsas ortodoxias locales de la India medieval en su época.
En todo caso, es tan grave la ignorancia sexual de muchas personas, y tantos tienen además tan poco amor, respeto y erotismo, que el conocimiento acerca del Tantra siempre será actual y bienvenido. Como filosofía espiritual, es benefactor para muchos que incluso ya trascendieran la propia sexualidad praticante. El Tantra es un sistema filosófico de excelsa sabiduría apreciado -y practicado- por muchos/as neofranciscanos/as.
No hay comentarios:
Publicar un comentario