domingo, 22 de enero de 2012

21ºCap.d la Cofradia NeoF.: Temor Prudencial Inteligente versus el Enemigo: Los Miedos



21º Capítulo del Concilium Magnum Neofranciscanus Revelado en la Obra como como "Manual de laº  Cofradía Neofranciscana - Orden Novena de san Francisco de Asis", o "Asiana", por el apellido del Fundador


TEMOR PRUDENCIAL INTELIGENTE VERSUS EL GRAN ENEMIGO DEL CAMINO HACÍA LA PLENITUD Y EL ESPIRITU: LOS MIEDOS


En los Caminos Sagrados Tradicionales de la Autorrealización Holística, según la Tradición Perene (de Sabiduría) hay potencialidades del Ser, arquetipos -como modelos o patrones del superconsciente colectivo presente en cada individuo, a ejemplo de la Madre, el Padre, el(o la) Sabio(a), el Heroe o la Heroína, el Santo, o santa, los que condicionan primordialmente el individuo, no pocas vezes con algunos limitando lo mejor de sus potencialidades.

El que invocamos aquí como Faro del Neofranciscanismo Asiano tiene más que ver con el arquetipo del Heroe - o heroína - que el del Santo o la Santa de las vías devocionales, pero no existe santidad sin pasar por este desafío preparándose adecuadamente para los desafíos del presente face a nosotros mismos y las futuras generaciones.

Para los devotos de la Cofradía Neofranciscana, el temor está más cercano al espiritu, y los los miedos son sus adversarios. El universo de esta palabra está más próximo de los valores e virtudes positivas preconizadas por los neofranciscanos.

Son calidades del Ser tan esenciales para la autorrealización en la Plenitud como pueden ser la bravura, la persistencia, la confianza, la capacidad de lucha extrema si hace falta, con mucha paciencia, resistencia, eficiencia, meditación, razonamiento y fe. La comparación entre la bravura y el miedo es este el que introduce el ser de la persona en el pantanoso mundo nebulozo irracional del miedo.

El miedo con sus ansiedades o angústias, imobilizantes o huidizas, y más, si, o cuando, es incontrolable, es su contrario, una antítesis radical, lo opuesto del temor prudencial, en parcería equilibrada con la osadía y la bravura.

Enfrentarse al miedo como si tratara de un fantasma desagradável pero evanescente, presto à desaparecer, así como el simple pero grandioso logro de sobrevivir a diario, esto son en sí mismos actos de bravura, no importando el qué las motive. 

El temor pertenece más al orden de la inteligencia que la irracionalidad del miedo, incluso cuando es justificado. Si nuestro mayor objetivo es realizar individualmente una experiencia de de ser Uno con todos/as en la Gran Unidad, para un (o una) buscador(a) de la Plenitud autoconsciente, el miedo es un adversario.

Su consciencia cristalina es equivalente a la del Sabio o Sabia y no te puedes más dejar invadir por tamaña falta de fe como rendirse a los miedos, dudas, ni dejarse dominar por los instintos animales inferiores al de la Inteligencia.

No haríamos constar nada al respeto al lector no fuera porque deberéis de saber ya que el mundo humano y no humano del planeta Tierra es frecuentemente cruel, y absurdamente malvado, tal como enseña la Tradición, al contrario de muchos otros mundos mucho más evolucionados.

Este libro está consagrado a la Deidad personificada y expresada por san Francisco de Asis, y en él deben de constar, como feliz herencia confiantes en su eficacia comprobada, exponiendo los desafíos captados por nuestra cosmovisión, con sus correspondientes medicinas o soluciones alternativas.

¿Alternativas a que? Hacía a que una civilización todavía bárbara como la presente, insostenible, con su humanidad mayormente igual, sea lo antes posible sustituída por una Civilización Cristalina avanzada - humanista y muy inteligente - que curará la condición humana en una dirección correcta.

Una civilización que haya integrado al completo su misión elemental de planificar una próxima condición sobrehumana, en la siguiente etapa evolutiva de la trayectoria de la especie humana, con la ciencia, la tecnología, la espiritualidad filosófica y la consciencia cristalina.

Invocamos aquí la consciencia unitiva amorosa que incluye la compasión, el respeto, la bondad, la integridad y entereza manifestadas por san Francisco de Asís, Santa Clara y sus íntimos en su Gran obra, como el reflejo de un referente de primer orden que les tocaba cristalizar hasta nuestro tiempo a nosotros mismos, como convicciones y prácticas que están en lo más alto entre nuestros Valores Supremos.


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