jueves, 15 de marzo de 2012

29ºCap. del Manual NeoF.: Fluidez por el Extasis Divino de la Gran Armonia.

29º Capítulo del Líber Concilium Manualis de la Cofradía Neofranciscana



(APRENDIENDO A VIVÍR CON...)
FLUIDEZ POR EL EXTASIS DIVINO DE LA GRAN ARMONÍA


La enseñanza espiritual que nos inspira el avatárico Maestro de Sabiduría Francisco de Asis, conlleva una mística contemplativa, una reflexión espiritual y un grado de consciencia cristalina que resulta en pacificación interior y goce y dicha al contemplar y sentirmonos partícipes de la Gran Realidad.

Para la espiritualidad franciscana de la Cofradía, siguiendo los pasos de nuestro Amado Maestro, tras el "tiempo" discurrido en una vida individual que ha visto o conocido el Chaos, la apariencia de sin sentido con violencia y sufrimiento al final innecesario de tantísimas experiencias humanas y no humanas, en el tipo de evolución planetaria propio de este planeta, que pese al asombro de todo esto, existe una Gran perfección en Movimiento.

Una Iliminitud en movimiento Uno como una Gran Armonía, incogniscible casi, que los sentidos y el grado de conciencia de la mente humana no han logrado compreender hasta ahora con raras excepciones, pero que Es y Existe, Una con el absoluto de la divinidad en su infinitud.

En esta macrorealidad, nada está superado o queda ultrapasado realmente, pues todo es importante e imprescindible. Si se observa la realidad objetivamente, sin filtros mentales, ni lentes culturales distorsionantes, sin las deformaciones del ego negativo, experimentamos que todo está de hecho interconectado y unido indisolublemente, como secciones y desdoblamientos creativas  de una Gran Unidad.

El flujo cósmico nos arrastra, cambiando a si mismo y renovando se continuamente, nosotros incluidos, segundo a segundo recreados celularmente, en proceso de cambio en movimiento, siguiendo patrones geométricos de perfección bajo unas leyes de hierro.

Leyes cósmicas, que afectan diferentes niveles de realidad del micro al macrocosmos, con la pureza de las matemáticas, incorruptibles e inmutables, que mantienen todo como un orden – un cosmos – perfecto, es una manifestación de belleza extraordinaria, de una genialidad y creatividad más allá del ámbito de compreensión del actual ciclo sapiens de humanización, un proceso todavía asentado en fases muy primárias.
La visión de conjunto como un Todo dinámico que fluye transformándose continuamente, en un juego cósmico con infinita belleza, sin principio ni final, matemático, geométrico, simétrico, vibrante, pulsante, en el que todo fluye, cambia y se renueva sin-muerte, dónde sólo hay cambio y proseguimiento evolutivo del ser y la consciencia. Hasta el Punto Zero, o Salto a la Trascendencia, total, sin vuelta a trás.

Comprendemos la Existencia como expresión de un movimiento perfecto, muy bien organizado, en el que nada está fuera de lugar y todo tiene su lugar, que está perfectamente dónde y cómo está, por una cadena sin fallos de causa-efecto, parte de un sistema infinitamente armónico y perfecto, creativo y expansivo, un flujo constante de fuerzas, formas y energías de la no-manifestación al mundo de la manifestación.

La experiencia mística advenida de la percepción de la Gran Unidad, de la No-Muerte en el Renacimiento Perpetuo, de la Corriente Cósmica en la cual lo humano está inmerso, en la transformación del Todo, que es una Voluntad cósmica de Perfección, es la experiencia de la Gran Realidad como el despliegue de perfecciones y manifestaciones del Ser divino.

Resultan antes o después, entonces, en la experiencia y percepción de la Gran Armonía. Si la aceptamos como una consciencia espiritual integrada en la mente y en las emociones, y si nos armonizamos con esta realidad macrocósmica y su flujo permanente, experimentamos un estado de intensa paz, libertad y concórdia.

La total aceptación, la rendición absoluta del ser interior frente a la grandiosidad del misterio formidable que nos envuelve a los humanos, y de devoción frente a casi todo lo existente, genera sensaciones paradisíacas con gran intensidad de paz, belleza y Unidad, recuerdanos directamente la experiencia espiritual de san Francisco de Asís.

Es el goce y la dicha en extasis que adviene de una incorporación plena acerca de la Belleza e de las implicaciones de la Santa Armonía, que se revela también como experiencia total de auto-conocimiento, de contemplación y entendimiento acerca de la esencia de todo lo que discurre en el Tiempo como una manifestación de una armonía infinita, muchas vezes en una dimensión nada aparente para la perspectiva humana corriente.

La experiencia espiritual básica es la de la Unidad y la unicidad de la existencia. Desde la Unidad, está la visión de la suprema Perfección del Todo, de la unidad entre las partes entre si mismas y el Todo, la visión de la manifestación como una expresión perfecta del Ser divino, desplegando se constantemente una manifestación de una voluntad absoluta de amor y de compasión que es la misma Existencia.

Por todas partes vemos como en la existencia todo cambia y se transforma como una sucesión sin fin, en la cual nada está separado, ningún acontecimiento de desvincula unos de otros, pero todo cambia y se transforma como una gran Unidad, infinitamente armónica, como las olas y los colores en la superficie de los océanos.

Las partes se mueven orbitando alrededor de unos ejes fundamentales, el Tiempo, como una espiral, no pasa del Ahora Eterno, como en un Mandala Cristalino perfecto, dónde todas las partes juntas conforman un gran y único mosaico, un campo unificado expresado como una creatividad divina y humana potencialmente ilimitada, en la multiplicidad y la diversidad.

El fluir de la no-manifestación a la manifestación es continuo, incesante, y de la manifestación a la no-manifestación igual. En este vacío, la esencia luminosa se renueva y vuelve a manifestarse, cambiada y amnésica, para que el gran juego divino prosiga, en el majestuoso misterio asombroso de la auténtica realidad.

Es un espectáculo mágico, deslumbrante, que no cesa, cambia y se recrea continuamente, una cantidad infinita de veces, cada segundo. Y dónde se puede alcanzar un grado importante de felicidad y autorealización por medio de la Sabiduría, incluso con relativa independencia de las propias circunstancias.

Tanta perfección, tanta grandiosidad, hay tamaña plenitud en la manifestación cósmica, con tal magnificencia, que esto no puede ser sino manifestación de un Ser supremo y luminoso que es pura armonía dinámica, absoluta, la deidad suprema que generó la Gran Armonía. En É/Ella, estamos todos/as.


No hay comentarios:

Publicar un comentario