jueves, 15 de noviembre de 2012

ElL TIEMPO DE LOS DIOSES




LA EDAD DE LOS DIOSES

El Tiempo de las Piedras, Está más Cercano al No-Tiempo del Espíritu.

"La escala de tiempo de los minerales refleja una edad más cercana a la de los dioses que a la de la condición humana. Los cristales existen a lo largo de períodos de tiempo tan largos que, en relación al ser humano actual, más bien tienen la edad de seres inmortales. Así que el tiempo geológico está emparentado con la edad real del ser humano en su esencia.

El grado de consciencia dotado de una medida de tiempo geológico se corresponde a la esencia de la gema cristalina interior espiritual del Ser humano. Minerales tan ancianos como el magmático cuarzo hialino son maestros del tiempo eterno y divino. Meditar con uno de estos inmortales maestros de la transparencia es, por lo tanto, una práctica impulsora del despertar de la consciencia cristalina personal.

Es un medio eficaz de autoconocimiento también, pues en cuando uno penetra en las medidas de tiempo cristalinas. Las piedras sagradas tienen unas medidas temporales muy largas concentradas en el Ahora, que reflejan la luz inmortal de la esencia del Ser. 

El tiempo geológico está a medio camino entre el tiempo humano y la edad de los dioses, como una escala intermedia, un puente uniendo ambas orillas.

Podemos pensar en términos de tiempo aleatorios y arbitrarios que el ser humano mismo ha creado, o que fueron inventados, por otros, para domesticarlo. Se ha organizado el tiempo en minutos, días, meses, años y miles de millones de años. Son medidas útiles para algunas cosas, pero también muy limitadoras, en particular, oprimiendo las calidades intrínsecas de seres singulares como las gemas con su libertad espiritual.

Si se quiere ver más allá de la apariencia de las cosas se tiene que amplificar los horizontes con unas perspectivas de Tiempo mucho más extendidas en el tiempo, lo bastante como para poder madurar hasta la plenitud de los días. 

Con relación a los miles de millones de años del Universo, la existencia humana es menos que una centésima de segundo, y no somos más que un pensamiento breve de la consciencia cósmica.

Se podría preguntar incluso si existimos de verdad o si no pasamos de un sueño o una ficción del Mahamaya, como los hindúes denominaron a “la gran ilusión” o falsedad creada como la realidad aparente.

Una realidad engañosa porque es captada por unos maravillosos pero limitados sentidos corporales de cognición, propios del actual nivel evolutivo humano con un intelecto igual de restricto como para captar la auténtica realidad, más allá de su parte "visible", sin usar otros recursos como la intuición o los estados superiores de conciencia logrados en meditación, sin uso de sustancias naturales "amplificadoras" de la percepción ni de recursos tecnológicos.

Una persona se cree alta, grande y fuerte, con relación a una delicada gema preciosa en sus manos. Percibe a la mayoría de los seres vivos como escalas inferiores del ser en comparación con él mismo.

Pero así se olvida de que en relación a las fuerzas cósmicas, el ser humano tiene un tamaño y tenacidad infinitesimales. En proporción con el resto del cosmos, el ser humano es tan pequeño que podría caber dentro de un cristal y ser invisible para el resto del Universo, absolutamente transparente en tanto invisibilidad.


Una parte de la naturaleza humana objetiva parece mortal, frágil y efímera, pero hay otra parte más esencial que es fuerte como un diamante y tan perfecta como un cuarzo excepcional: es brillante, eterna y la verdadera luz esencial de uno mismo. 

Esta dimensión cristalina e inmaterial esencial del Ser, que se eleva sobre toda brevedad y todos los condicionantes limitadores, está manifestada en el mundo mineral cristalino en forma de Cristales Maestros. Se trata de individualidades cristalizadas que alcanzaran grados excepcionales en términos evolutivos de excelencia con relación a los demás de su propia especie y otros minerales.

Pero para reconocer tanto a la verdadera naturaleza de los Cristales Maestros como a la esencia del propio Ser, debemos ponernos en meditación a veces en la escala de tiempo de las gemas y las grandes rocas, familiarizándonos así con la edad de los dioses y la condición potencial de los inmortales en la parte esencial y verdadera del propio ser. 

Para experimentar la edad real del propio ser hay que integrar la consciencia de tiempo de los minerales en el tiempo geológico, sobre todo buscando espacio tiempo reservados solo para uno mismo, en estado de quietud y paz espiritual. Como parte de una consciencia espiritual trascendente y atemporal del propio ser."



Extracto selecionado para el blog de la Gemosofía  Gemoterapéutica desde el 3º Libro de la Colección de Libros de Clases y Grados de Consciencia Cristalina del Curso Piedra Filosofal de Formación en Gemosofía y Gemoterapia Holística, parte del Tratado enciclopédico gemosófico revelador de una espiritualidad cristalina y de una Tradición Cristalina ancestral omnipresente en el mundo humano, denominado Lapidarium Boström Líber Mirabilia Mineralium, de autoría del escritor e investigador  Francisco Boström.


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