sábado, 9 de marzo de 2013

Las Siete Reglas de Oro Paracelsianas, Plus Dos Contextualizaciones Psico-Gemoterapéuticas de la Cosmovisión Gemosófica.

Las Siete Reglas de Oro (Medicinales, realizadoras del Ser humano integral de Paracelso, más dos Leyes cósmico-cristalinas afines, venidas del arquetipo sagrado del diós Thot en Egito Faraónico, de la tradición del Kristós Hermes Trimegistus y de Pitágoras, en armonía y resonancia diversa y Una, en resonancia de sincronicidad con los sabios avatares, los creadores de impacto con cambios de vida decisivos.

Perdonadme y bendecidme el espíritu de la aspargíria paracelsiana, por atreverme sumar en rojo a su original, alguna matización o reactualización propia de la Revelación Cristalina, psico-hidro-gemoterapeutica holística y theo-gemosófica.
Perdón, y Gracias, gran Theophrastus. Y a la Divina Providencia Cristalina por permitírselo.


1º Lo primero es mejorar la salud. Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. (O nada de aire libre ni abrir las ventanas si vives en medio a la toxicidad del aire urbano de los vehículos emisores de veneno en el aire. En este caso, mejor adquirir, si es posible, un excelente aire-condicionado purificador del aire y aprovecharlo al máximo evitando exponerse al aire contaminado de las calles.) Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento. Bañarte diariamente, es un habito que debes a tu propia dignidad. (Así como el lavarte las manos se convierta en tu primer hábito al llegar al hogar, por higiene y cierta purificación aparte la dignidad vibracional). 

2º Desterrar absolutamente de tu ánimo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza.

Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos u ocupaciones. La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe. (Sólo un ser inspirado por el Paráclito podría escribir tanta luz de sabiduría).

3º Haz todo el bien posible. Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo (y emociones negativas, aunque a fuerza de voluntad, ayudados por los cristales devocionales y anteponiendo la claridad mental y la paz interior y la calma a la turbación del ego emocional).

4º Hay que olvidar toda ofensa, mas aún: esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo. Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablara así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en si, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse, la carne flaca.


5º Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiara en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia. Ese es el daimon de que habla Sócrates. (=Trinidad de Meditación...: Silenciosa, Contemplativa (de la Belleza y el Saber, o la belleza del saber y Ser en Plenitud) y Reflexiva).  


6º Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales. Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas, sospeches o descubras. por un largo tiempo al menos debes ser como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia. (Hermetismo, saber callar, no darle gemas a cerdos/as, cultivar el silencio y la discrición, respeto absoluto a la intimidad y dignidad del prójimo).


7º Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el día de mañana.

Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien.

Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños.

Si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte.

El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo.

El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre.

8ª. Eres un Ser en Esencia Cristalina de naturaleza atemporal, trascendente, multidimensional, Uno y diverso, un vasto microcosmos absolutamente único
Uno con el absoluto más allá de todas dualidades, emparentados con la naturaleza divina, y la naturaleza de los dioses, esparcido por la Iliminitud.

Ahora, un viajero de muchos mundos como tú -y no solo por multiples dimensiones en niveles de otras vidas como en las horas del sueno-, tienes la responsabilidad tremenda de elegir -aunque en la brevedad y en la imprevisibilidad- entre vivir en tu yo menor, el pequeño y estrecho ser maldoso y egoísta, autolimitado en grado y Luz del Ser, así como de perspectivas, vibraciones y sentimiento.

Serás esto o todo lo contrario, o sea, si elijes el Vivír en tu Yo mayor, plena e intensamente conectado con el verdadero Ser, el Yo grande, esencial, lumínico, pleno y cristalino, irradiante de energía de luz súperconsciente, o simplemente, muy atento y reflexivo, íntegro y plenamente honesto consigo mismo, sin autoengaños, en el estado de Gracia de un desapego enorme, maravillado con la experiencia de la Existencia.

Igual que ocurre en el templo de la transparencia de un cristal singular natural como un cuarzo hialino prismático, o un diamante límpido, con su característico fuego sagrado interior, el "fulgor" adamantino celebrado por los especialistas joyeros, como con pasión por los seres humanos más cristalinos en consciencia holística y autoconocimiento, amantes de la Vida en la plenitud del Si-Mismo, en sinfonía en red con la Gran Armonía libre fluyendo por él como pura Luz divina del Ser en la plenitud del Ahora eterno. 

9ª. Estás manifestado en la condición humana en el cristal de espaciotiempo momentaneo de un muy duro y aun brutal estado evolutivo, en la condición de homo "sapiens" bestialis, con una fiera interior y un terror atávico, ancestral, de fondo muy antigua y aun reciente en el hondo de la naturaleza de uno mismo que hay que alumbrar. Y si quieres realizarte e incluso ser feliz en conexión con la Plenitud, la experiencia de lo Divino y de su iliminitud, lo serás desarrollando una consciencia cristalina con un sentido de lo sagrado, logrando alinearse y ya empezar a gozar de las condiciones incomparablemente más evolucionadas como las de su propia especie, en un proceso avanzado de transmutación y transformación, elevándose ya con buena medida de la consciencia cristalina y el poder adamantino desarrollados en el formidable homo sapiens cristalinum, que está naciendo como una nueva Edad, humana y planetaria.

Estás, por fin y completa y absolutamente, inmerso en un movimiento a la velocidad de la luz por la infinitud de mundos del Multiverso, con un sin fin de posibilidades y Universos, Uno para cada posibilidad, cada vez que se apresenten várias, desdoblándose. Puedes quedarte en este Multiverso Cristalino mágico, en el Infinito más all[á de lo concebible por lo humano, y será seguramente mucho más pleno, libre y 'feliz', si te entrenas en buscar la Sabiduría y vivír en su compañía.

Lo lograrás con la máxima atención, en todo lo que sucede, así como aprendiendo acerca de lo Invisible, de sus mundos y habitantes así como convivír y encauzar las energías, sin descentrarse en la aventura vital actual, con la experiencia estable de la Dicha de vivír con la Divina Presencia, y en relación de convivencia consciente con el absoluto, para elevarse a dimensiones superiores, o sustrarse del mismo Multiverso Reflejante en la absolutitud de la Trascendéncia. 

Felicidades por la Luz Cristalina intrínseca del Ser.

Dejemosla fluir libremente en nuestro Cristal actual de Iliminitud.

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