lunes, 9 de abril de 2012

31ºCap. d Cofradía NeoF.: Perdón y Compasión Inteligente.



PERDÓN Y COMPLACENCIA INTELIGENTE
El buen seguidor del Amado debe recordar sus recomendaciones para crear Karma positivo: ser comprensivos, magnánimos, clementes,, capaces de perdonar los ultrajes y otras molestias para ser libre, sobre todo, libres del ofensor para empezar.

Perdonar agresiones de los seres humanos agentes de la desidia, no es un hecho fácil según la gravedad de lo ocurrido, pero se logra hasta cierto punto yá al comprender la trágica situación del agresor/a, más una solidariedad trascendente para con las víctimas de la Historia, o sea, para con todos/as.

La evidencia de la fragilidad, dureza y hostilidad "natural" sufriente por parte de la condición humana, todos bajo la misma sentencia sin conocer la fecha ejecutiva del "Cambio Total" sin avisar, debería servir por si misma para inducir a la cooperación de unos con otros, la compasión y la generosidad.

La mayoría de los verdugos están tan insatisfechos consigo mismos que por esta misma razón atacan a los demás y tratan de infernizar sus vidas.

No pocas veces lo consiguen incluso por años a fío. Hay que tratar de liberarse de estos Karmas negativos encarnados intensamente lo antes posible, en la justa medida y de las más benignas posibles, si no se puede transmutar el ser causante -lo que es muy innusual-, lo que puede exigir mucho arte de habilidad personal para planificar los cambios y lograrlos cristalizar a bien y mejor.

La mayoría de los seres que hacen sufrir son personas en el fondo muy sufrientes. Están por todas partes personas de una maldad o malignidad que conocen desde pequeños, y crecieron en condición muchas veces de víctimas que reproducen lo aprendido. Aunque también existen seres así desde el nacimiento. Son seres humanos sufrientes-infernales en activo, a los que conviene evitar al máximo posible.


Seguir las enseñanzas del perdón y la compasión no tienen que ver con ser ingenuo, o tonto, como dice el siglo, ni auto-engañarse o fingir para en sus adentros rumiando las peores cavilaciones, odios y deseos de venganza, ni dejarse agredir. La misma compasión debe ser inteligente, realizada por principios y no por caprichos personales ni superficial, sólo para complacer la buena consciencia de superficie.

Es cierto que una larga convivencia con lo humano y la existencia en esta Era ha llevado a muchos de los nuestros a la antítesis del perdón, a seres por naturaleza muy espirituales pero embrutecidos de vuelta al “ojo por ojo: lo que te hayan hecho a ti, haz igual con otro” propio de la religión mosaica.

Otros, por ésta causa se retiraron directamente al hermetismo como ermitaños, urbanos o in Natura; algunos se quitaran la vida cuando la propia sensibilidad no suportó convivír con lo insoportable para ésta persona, mientras la mayoría desistía de la búsqueda de la Plenitud y/o la trascendencia en el cotidiano de la lucha por la supervivencia.

Los que mejor pasan son los que establecen cierta equidistancia en la vida, por convicciones religiosas, por razonamiento o puro instinto inteligente de supervivencia, armonizando la dimensión material -de supervivencia lo más digna y adecuada, para uno mismo como para sus seres queridos si los hay, o con filantropía, con la dimensión espiritual del Ser, acercándose conscientemente al absoluto y la Iliminitud.

 Aunque muchos llegaron al final de su vida creyendo que la compañía de las piedras es más útil y grata que la convivencia con los seres humanos, si éstos hubiéran predominado la vida ya se habría acabado y siquiera habríamos nacido. En cambio, proliferáran religiones uniformadoras de masas, para amortiguar o acallar las inquietudes humanas individuales y grupales.


Queramos lo o no, somos hijos de sus aciertos y de sus errores, sus herederos. Los iniciados en la Fraternidad sabemos, además, que se puede alcanzar la felicidad celestial en esta vida reconociendo y conviviendo con los seres y los Entes afines, en relaciones basadas en el respecto y el amor, y si es con grandes causas compartidas, mejor, que producen un compañerismo mágico y un entusiasmo vivificante.

Existiendo más piedras brutas opacas que gemas transparentes en la Litosfera -incluso en el mundo mineral humano-, cuando se empieza a reconocer e integrar las gemas interiores del Ser es cuando se comienza a encontrar sus reflejos afines en el mundo.Así nos mantenemos los nuevos devotos de Asís leales a los votos crísticos de seguir unidos a un ideal superior de fraternidad universal, que incluya a los seres de otras especies.

Esto suele ser anormal en la Historia pero los de nuestra índole y naturaleza hemos existido y seguiremos existiendo, muchos incluso muy felices.
 
Somos utópicos realistas y es así como se mantiene viva la llama del Amor atemporal de la Sabiduría en nuestro mundo, y entre nosotros, como caballeros y damas andantes –o no- portadores del faro del amor franciscano y neofranciscano al presente como parte de la Anti-Historia posible que vamos re-creando.
 

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