sábado, 31 de diciembre de 2011

18ºCap.d Cofradía NeoF.: Los Mandamientos Abrahámicos en Clave Neofranciscana



18º Capítulo del Manual de la Cofradía Neofranciscana
LOS MANDAMIENTOS ABRAHÁMICOS EN CLAVE NEOFRANCISCANA

Nuestro Amantísimo Maestro kristós de Asis no fue un Avatar del tipo intelectual, como un Pitágoras, ni de enseñanzas filosóficas como Sidharta Gautama Buda o Hermes Trimegistos, o un ser de silencios trascendentales como Lao Tze, un escritor como san Juán de la Cruz o la gran Santa mística Teresa de Jesús, no se puede decir que fue un empreendedor desde la mística como la santa avatárica Hildegarda von Bingen, aunque por obra del Espitu Santo de sus adeptos Francisco realizó un gran gran obra que creó riqueza a lo largo de ochocentos años, y en su tiempo, grande impacto e influencia.  


Francisco de Asis estuvo lejos de ser como un Avatar del lujo y la Abundancia como Osho en el siglo XX, no fue un tampoco ativista político religioso mesiánico como el Kristós Jesús de Nazareth, que luchó apoyando la revuelta separatista contra la dominación romana en pro de un Estado teocrático de Israel al que el mundo debería de reconocer como la patria del Rey de los Reyes. 


En el insígne mandala virtual por el cuál podemos imaginar los Grandes Maestros de la Humanidad reunidos, en un grado inferior reflejados en hermosas y brillantes estátuas de mármol de color en una gran sala ritual, y devocional, formando un Círculo con el Santuario de los Maestros de Sabiduría de la Humanidad, quizás a nivel futurista como en el interior de una poderosamente sólida forma de Cristal transparente reproduciendo su formato hexagonal, imaginemoslo...


Un templo reproduciendo las estructuras geométricas de un Cuarzo Hialino en escala casi gigante, en un lugar dónde si pudiera recebir la luz lunar, u las noches oscuras, la visión de la Vía Láctea, cercado de naturaleza, con un centro en espiral convertiendo hacía la llama de un fuego sagrado que no se apaga nunca en un hermoso recipiente metálico, uniendo una parte del espiritu de todos estes seres en Uno solo: el Yo superior de la especie humana. 

Podríamos definirlo como un Sacro Concílium Permanente de entes geniales y amorosos Entes de Sabiduría y una Luz de Amor que son Benefactores de la Vida, tanto humana como no humana.


Estos seres que coexisten en el gran templo de la consciencia cósmica, acompañando en obra y espíritu a los seres encarnados, frente una legión de valientes y heroínas anónimos, más sabios y sabias y seres generosos, con persistentes que luchaban por sobrevivir y a sus famílias en las circunstancias hasta las más hostiles. Seres, y Yo superior de la especie humana, que nos hicieran herederos/as de una civilización tecnológica de masas. 


Si podemos visualizar un lugar así, este Templo de una espiritualidad cósmica, mística y eclética, sumamente respetuosa, en una imagen arquetípica de construcción devocional de conexión con lo divino y la Transcendencia, que ha sido visualizada por numerosas personas en sueños inolvidables como éste, en sueños despiertos o en estados de meditación, por este orden, nos preguntamos: ¿en que lugar del Círculo estaría nuestro Amado Maestro de Maestros Francisco de Asis?


Seguro que estaría representado con su característica actitud de humiltad y profundo sentido devocional de la vida, que al lado podría ter un gran santo avatárico también del Amor como el Maestro Yogananda, y del lado derecho, no podría faltar Iesus Christus. Francisco de Asis estaría en el "Concilium Mandálico" como Gran Avatar del Amor y la Bondad, extendida en su cosmovisión hacía los seres y la Naturaleza como una realidad intrínsecamente sagrada.


Nuestro Amado se hizo amo de Sí Mismo y se lo ofrendó a lo sagrado. Quando obtuvo la iluminación espiritual, no dejó de permanecer en éste centro de gravidad interior en la vivencia continua más radical de viver a tiempo completo con parte de la mente y consciencia conectada con la Divina Presencia y el absoluto divino, en el mundo de la relatividad, la ilusión del engaño y en la fragilidad, hasta el último suspiro de su encarnación.


Nuestro Santo Santísimo entre todos los santos y santas, junto a su compañera -de amor, fe y obra- Santa Clara, tampoco fue un teólogo, pero sabemos que entre sus creencias, por determinación de sus superiores jerárquicos, a las que no les importó tampoco creer para realizar su obra gustosamente, estuvo los Diez Mandamientos de la Ley de la religión fundada por Abraham, la ley mosaica de los judíos.


Los Diez Mandamientos fueron recebidos por el "pueblo elegido" de manos de Jeová mismo en forma de sarça ardente. El Supremo le dió a Moisés dos tablas con éstas reglas supremas, no se sabe exactamente como, si el Supremo estaba tan ardiente. Todo lo sabemos además por único testigo que es este mismo profeta, segundo nos cuenta el Libro. 


Esto sí, hay que reconocerlo que Moisés según el Libro bajó de las montañas portando estas dos pesadas Tablas de la Ley (divina ordenanza obligatoria para todos los miembros de la especie humana) con una nueva época para su pueblo, que antes de su llegada celebraba una bacanal orgíaca épica. Es al menos es lo que nos cuenta el cuento o historia sagrada del Libro Bisblico que, luego, retransmite los mandamientos judíos para muchos más regiones del mundo y muchas más personas por medio del cristianismo, el hijo rebelde del Judaísmo. 


Este decálogo religioso legislativo seguió siendo la Ley suprema de la religión judío-cristiana existente desde hacía mil años cuando vino nuestro Avatar a la Tierra, sigue siendo sagrado para muchos entre praticantes sinceros, practicantes eventuales, teóricos inofensivos o del tipo peligroso, en fanático o hasta combatiente armado que incumple grávemente el Quinto Mandamiento. 

En efecto, algunos parece que con sinceridad afirman que les resulta prácticamente imposible vivir o sobrevivir sin faltar, al menos, con los tres ultimos Mandamientos, como lo es pa otros cumplir con los cuatro últimos, en el caso de uno de ellos, de un modo grave o muy grave incluso. 

Este es el motivo por el que reproducimos el Decálogo Abrahámico aquí: para Exaltar nuestro Fundador de la apasionante mística franciscana y para re-unir-nos a él en lo que Él creía.

Pero todo lo incorporamos desde nuestra modernidad, claro, matizando cada postulado con las perspectivas de nuestra interpretación neofranciscana adoptando éstas viejas leyes sin de estarmos alineados con la vanguardia de la modernidad, aceptando unas leyes de unos pueblos tribales.

Pero siguen siendo estos canones orientadores morales o éticas considerados sagrados para centenares de millones de personas, tras tantos aciertos y errores, algunos graves o muy graves, como cuando persiguieron los disidentes y los libres-pensadores eran asesinándoles.

Hablando de ellas, hay que siempre recordar que nueve entre diez asesinados, en el caso de las fiebres de la Inquisición por toda su cristandad, eran mujeres, seres que morrían bajo tortura hace no muchos siglos, incluso grandes sabios entre ellos, por parte de una institución globalizada que sigue funcionando con normalidad, sin pagar en efecto sus crímenes contra la humanidad.


Las reglas del decálogo fueran leyes pacificadoras civilizadoras, que perfeccionaran el progreso gracias a la mejor convivencia con conceptos basicos muy importantes, a veces, para bárbaros que no tenían ninguna otra perspectiva o práctica que no fuera la violencia, por lo que le reconocemos este mérito. 

Sin embargo, desde entonces, ahora hay muchísima más población que entonces de quienes desconocen ni practican la mitad o menos de los Mandamientos elementales. Es otro motivo más por el que se lo ofrecemos aquí, pero neofranciscamente, matizándole cristalinamente:


1. Amar a Deus sobre Todas Las Cosas.
Muy bien. Excelente. Recordando la divinidad no solo allá en el Cielo si no también en la Tierra. Y aparte el antropomorfizado y patriarcal Dios masculino está la Diosa, o Gran Diosa, para los antiguos, durante muchos más miles de años que los monoteísmos; y los dioses y diosas para los politeístas, los arquetipos divinos. ¿Y como se ama a lo abstrato, si no es por ciencia infusa o intervención de la graçia? Adoptando a Dios, y Diosa, etc, pero el Único, aunque infinitamente Diverso, en lo que uno tiene de más próximo, o sea, en la vida, de uno mismo como en la de los demás, incluyendo los animales no-humanos. Por "Respeto" tendríamos lo equivalente.


2. No Decir Su Santo Nombre en Vano.
Esto es Fundamental en la auténtica vivencia neofranciscana. Con profundidad y sentido de las cosas, este Mandamiento nos prohibiría en siquiera usar la palabra con este número de signos en sílabas. No se hablaría nunca de Él, no su Nombre, o este nombre. por que en un 99,9 de las vezes es de forma vana y sacrílega, lo que es un buen (en verdad, malísimo) Signo de los Tiempos. Incluiría no hablar de Él si no se le pide uno también, que los teístas teomaniáticos, cuando vienen al campo vital de privacidad de uno mismo con sus invasivas disertasiones y su biblia debajo del brazo, sin haber sido invitado a ello, le hace casi lícitamente a uno pensar en romper con el Quinto Mandamento. Igual para los Estados, los dirigentes y la clase política.


3. Guardar los Domingos.
Cuando no había descanso nunca, fue una revolución trabajista. Más de dos mil y quinientos años después es óbvio, muy bién. pero también defendemos los Sabbhats de los judíos, los Sábados, y antes los Viernes, dedicado a la Venus, la Venus-Ascendida, como Día y Noche de recojimiento, más los Lunes, para los Seguidores del Islám o de la Tradición Lunar, que en un espacio democrático ellos también tienen derecho a su espacio entre los demás. Con tres días de labor intensa a la semana la contribución individual puede estar completa, y para el resto ganaría para algo de lo más importante: tiempo para vivir, hacer lo que uno quiera, o no hacer nada, meditar, contemplar la naturaleza.  ¿Que se hace con el tiempo que sobra? Se acaba con el paro, se paga muitísimo bien a los profesionales, los muy trabajadores, y que las máquinas hagan lo que no quieren hacer las personas. Libertad.


4. Honrar Padre y Madre.
Al menos, si es posible, ser fraternal con el resto de la família, sobre todo con la más intima, que reine la paz gracias a una cultura de respecto. Honrar os ancianos en general, las gentes de tercera y Cuarta Edad, reintegrar los que quieran en labores activas, o lo que quieran aportar. Los antepasados también, tan fácilmente olvidados. Gratitud.


5. No Matar.
Nunca a los de la propia especie. Con moderación de alimentación carnívora si es posible, en el caso de los que pueden permitírsela. Ya basta con comernos las plantas, los frutos, microorganismos -como en una ducha-, hasta en el agua que bebemos. Con profundidad y plenitud de sentido de la palabra hay que cumplirlo, o sea, ni de forma indirecta, psicológica, energética, por trabajo esclavo, ni desatención a los idosos. El derecho a la Muerte Digna, con el derecho a un Tránsito dimensional sin la agonía del sufrimiento, con toda la morfina que quiera uno, si la persona decide evitarlos. Fraternidad, con Libertad y Mucho Respecto.


6. No Pecar Contra la Castidad.
O sea, hacer de todo, todo lo posible, para darse cuenta de tanto que no vale tanto, al final. Y volver al absoluto en el espíritu con su incorruptibilidad adamantina. Después. Mientras, no reniegues de la naturaleza si eres sexuado. Si eres asexuado, o un andrógino que trascendió o asunto, felicidades. Con prole, tendrás felicidad, con gastos, obligaciones, un trabajo sin fin incluído, creando hijos para el sistema. Pero si puedes ofrecerles planteamientos y perspectivas más amplias, les dejas -con afecto- dotados de un gran patrimonio. La Gran Obra é crear y educar (bien) a los hijos. Un arte, sin ayuda científica y del Estado, muy dificil.


7. No Furtar.
Lo que significa no engañar, no hacer trampas, inducir a error, y si uno es una persona mejor, hablar lo mínimo posible, que hablar mucho es una forma de robar algo extremadamente valioso del prójimo, que un ser decente y digno trata de no robar del prójimo, que si lo comparten sea de mútuo acuerdo y aporte algo especial a quien más escucha. Con perdón para los que transgriden el Mandamiento por hambre o para sobrvivir en sus derechos humanos elementales. 


8. No Hacer Falso Testemunho (No Mentir). 
Usar de todos los recursos y esfuerzos, incluso dialécticos, o más creativos, para no faltar a la verdad de las cosas, pese a que este ha sido la principal y trágica ventaja para quienes lo hicieran en numerosas ocasiones, a invite de la misma realidad. La Ley queda revogada cuando es para resguardar la propia vida o la de otras personas. En algunos casos extremos, por misericordia, amor, fraternidad o bondad, es obligatorio faltar con este Mandamiento.


9. No Desear la Mujer del Prójimo.
Ni el marido, o compañero, o compañera, de otro u otra, y nadie si no es con su llamada y aprobación. Sin embargo reconocemos que en no pocos casos esto es impracticável para ambos sexos humanos e es perdonable si se realiza con elegancia, respeto y discrición, siendo igual si se trata de hombre, mujer o andrógino.


10. No Codiciar las Cosas Ajenas. 
Sin comparaciones si vive mucho mejor entre los miembros de la especie humana, con la gratísima compañía de la Divina Sabiduría. La humanidad está en el mismo barco existencial y momento evolutivo basto como para que el sufrimiento no le falte a nadie, sea de la clase o color o lo que sea que le caracterize a un Ser humano. Esto debe impulsionar con celeridad la evolución hacía una mentalidad general mucho más empática, cooperativa y solidaria. Además, siempre hay quienes están mejor o peor. Es relativo e inútil, la envídia es el peor pecato (separación relativa o ruptura dramática con el Uno). Como máximo, podemos inspirarnos por individuos que hicieran de sus vidas una aportación benéfica para su especie y con la vida en general. Esto es que precisamente es lo que "humaniza" al hominídio presapiens bestialis. Hace lo contrario: le eleva, clarifica y le proporciona el acceso a la realización de su potencial divino.  A Deo Gracie.

Cristaline Life

No hay comentarios:

Publicar un comentario