domingo, 30 de octubre de 2011

7ºCap. d la Cofradía: DEVOCIÓN RELIGIOSA EN EL JÚBILO FÍSICO Y ESPIRITUAL


LA DEVOCIÓN RELIGIOSA NEOFRANCISCANA EN EL JÚBILO DEL DISFRUTE FÍSICO Y ESPIRITUAL
Ejerce intensamente tu derecho inalienable al enfoque del disfrute del goce y el placer posibles en todo cuanto puedas, sobretodo en las pequeñas cosas. En los detalles, lo sutil, en lo que pasa desapercebido o sin aprovechar al que no tiene el estado de gracia de vivir con ésta atención despierta, busca el principio dionisiaco de celebración del ser y el estar en tus actos y pensamientos.

Esta habilidad refleja la presencia del Espíritu animando al ser, que se deja penetrar y llenar por la Gracia del Ser Vida. Es una señal de unión con el divino y una clave de la maduración espiritual.


Aun si en el entorno tiembla el mundo por la vibración de la marcha de los guerreros o la explosión de sus bombas, la desidia te persiga o la fortuna se haya esfumado del horizonte personal, la atraerás de vuelta si mantienes un modo de disfrutar incluso de lo que te desaira. No es fácil cambiar en instantes las realidades físicas, pero en menos de un instante puedes cambiar tu modo de interpretárlas. Es el primer paso para cambiar la misma "materia" de la que está hecha las circunstancias.


Verás entonces como la mente puede doblegar la materia y conformarla como una sustancia pasiva y plástica, sujeta a la voluntad del ser unificado consigo mismo en unión con el Ser divino, la consciencia del absoluto. Pero tienes de retomar el mando sobre ti mismo. No hay otro modo de cambiar la fuente de los disgustos por fuentes de alegrías.

Aprende a disfrutar de todo lo que puedes transformar en un divertido juego vital placentero, incluso en las circunstancias que para un indivíduo desconectado de la Luz del Ser no existen motivos sino para el disgusto y la frustración. Si lo logras, has vencido, y lo más probable es que solventes la dificultad. Aparte de empezar a abrir las Puertas del Cielo en la misma existencia terrenal.


Como un cristal humano que trata de despertar para las maravillas del Gran Cristal Cósmico, la consciencia cristalina de lo Divino omnipresente en tanto uno aprende a discernirlo tras las apariencias, une el principio del goce y el placer (sensorial, amoroso -en el más amplio sentido, intelectual y espiritual) a todo cuanto puedas, que esto es un don de la gracia y una virtud del Espíritu Santo potencialmente innata a la naturaleza del Ser despierto.


Este “programa” humano es un regalo, no para que renunciemos a él si no simplemente para disfrutarlo, pues nos lo ha concedido la Sabiduría Divina para compensarnos un poco las desgracias advenidas del existir en un cosmos tan imprevisible y explosivo como éste en el que hemos “caído”.


La decisión no debe de venir de un evanescente impulso emocional. Si es sólo un deseo, no se sostiene, desista de intentarlo. La actitud debe de alumbrarse del ser como un diamante tan poderosamente cohesionado y tanto fulgor que no se le puede destruir u enterrar y ocultar bajo el lodo de las bajas emociones y la inteligencia desconectada de la consciencia espiritual. 

La Claridad del objetivo debe nacer de un acto de inteligencia inspirada por la consciencia cristalina holística, que origina una decisión tan firme y constante muy difícil de distorsionar. Aquí, el diamante del espíritu despierto debe de estar engarzado en hematite, o sea, en el hierro de una voluntad muy arraigada.


La decisión de centrarse en la felicidad de la esencia luminosa del Ser, tiene de ser tan poderosa que acabes volviendote impermeable a todos los estímulos que te induzcan a lo contrario, algo que no falta en el mundo humano ni en la misma naturaleza.


Luego, el desafío es mantener de un modo permanente este estado de consciencia que supone un estilo de vida, que para mantenerse hay que sostenerlo con disciplina, atención psico-emocional constante en este enfoque positivo, sin el cual no se puede hacer realmente bien nada de lo que se hace.


Se necesita constancia, disciplina creativa, capacidad de sacrificio para cambiar el propio enfoque. Es importante fidelidad a Si Mismo, a tu voluntad firme de alcanzar la paz interior y vivir en ésta bendición, pese a que el mundo humano siga tratando de arrebatarlo.

Hace falta resistencia para refractar también la reacción airada de todos los infelices que no lo consiguen y envidian los que sí lo ha logrado, así como para vencer no dejándose arrastrar hacía abajo por los numerosos estímulos que se presentan para enturbiar el estado de gracia.

A excepción que el hecho sea de magnitud suficiente como para que entonces tengas de aceptarla como una prueba a la que tienes de responder proactivamente, con inteligencia antes de que emocionalmente, con habilitdad y sin perder el centro de tí mismo, la conexión con la esencia del Ser. Con la práctica asídua de ésta disciplina mental, el logro se va haciendo cada vez más fácil, cada vez más natural.


Lograrlo, en cambio, te introduce en un palacio-fortaleza de felicidad. Recta o sinuosamente, rápido o despacio, no importa, pero a tu ritmo, no lo esperes demasiado, no postergues indefinidamente lo que solo depende de ti empezar ahora mismo disfrutar.


Empieza por tus cinco sentidos. La mente está adoctrinada para utilizarlos pero de cierta forma ignorándolos, sin cualquier consciencia atenta sobre los mismos. Pelo ellos son puertas de la percepción para el disfrute del ser.

Lo que los seres humanos atrapados en una dimensión cercana más nos envididan y pelo que más sufren, es que sin disponer de un cuerpo "físico" como el de los encarnados, siguen disponiendo de un cuerpo de consciencia queriendo disfrutar del mundo sensorial pero sin poderlo, con su propia luz de energía, "fisicalidad", al tiempo que no acceden a la liberación dejándose aligerar sin deseos y apegos "materiales" por el túnel de luz por el cuál acceden a los mundos superiores. 

Pero si estás "encarnado", e en un camino de conscienciación espiritual hacía los mundos superiores, olvida el frenesí ideológico de una época  que siempre trata de postergar el disfrute de la felicidad, atenazándonos con sueños de consumo o de status. No, disfruta de lo que ya tienes empezando por el propio cuerpo. Por ejemplo, toma consciencia de la presión en los dedos con la cual sostienes el suporte de este texto, experiméntalo con el tacto, su calor, su simetría; acaríciale, disfruta de la respiración pausada, de este exacto momento, tan tuyo, tan nuestro.

Y así con todo. Dále tiempo para el disfrute de los sentidos. Anda si es posible sin prisa, disfrutando de un momento único, de la salud que te permite caminar, de tener un suelo sobre el qual no caer en un abismo.

Disfruta con atención de la mirada. Aprende a disfrutar de lo que ves, observando más detenidamente lo que está ocurriendo tras los hechos aislados, discubre el placer de entender con lo qué está encadenado formando una red de eventos, sus posibilidades ocultas, así como sus enlaces con la Gran Armonía.

Como los invidentes, aprende a reconocer los objetos, a disfrutar de su tacto, de sus simetrías. Si los olores que te cercan no son desagradables, pon atención en disfrutarlos lo más intensamente, como un regalo de oportunidad, y ¡gratis!. Si tienes vibraciones de la luz en forma de sonidos armónicos alrededor, no los ignore, no te quedes pensando en otras cosas; simplemente, disfrútalos.

También puedes cultivarlos regalándote con más frecuencia la música que te agrada, o visitando lugares dónde que te enlevan los sonidos armónicos. Y si lo que tienes es ruído o sonidos agresivos para la sensibilidad del ser, recuerda que en la modernidad existen farmácias con espléndidos tapones para proteger cierta paz de espíritu amortiguando lo que capta tus oídos.


El estado de goce se instala como previo al estado de gracia. Tomemos la iniciativa, Hermanos y Hermanas de la Cofradía, en pasar del plano infernal de la existencia al plan superior, sublime y paradisíaco de los santificados liacos, empezando por uno mismo con sus circunstancias, en el aquí y el ahora de vida.


Toma en tus manos la soberanía sobre el diamante supremo de tu espíritu y no dejes que nada ni nadie te o arrebate.


2 comentarios:

  1. Buenisimo!!!
    No hay camino hacia la felicidad..la felicidad es el camino.
    Namaste.

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  2. Me ha encantado Francisco, gracias por compartirlo.

    La vida es como la música, debe componerse con el oído, el sentimiento y el instinto, no mediante reglas...

    Saludos Cristalinos a todos,

    Lucía

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