lunes, 1 de octubre de 2012

La Épica Inaugural del Cristal Avatárico Revelado


Al início del fin de la era del libro de papel -como único suporte de su contenido-, allá por finales de los años ochenta e principios de los noventa del siglo XX, estuvimos no más de cinco autores y autoras escribiendo sobre la Tradición de las Piedras y la gemoterapia. Desde entonces, están catalogados más de ochocentos libros y autores/as.

Para mí ha sido un privilegio participar de este movimiento de reactualización del conocimiento y prática del poder de los cristales para la cura y la expansión de la consciencia cristalina planetaria. Fué una gran satisfacción observar como en menos de una década este conocimiento se extendió por casi todos los idiomas, y como en dos décadas tal movimiento se normalizó como parte de la cultura acuariana de vanguardia.

El libro por el que inicié mi trilogía inicial como escritor, El Mago de los Cristales, se diferenciaba de otras obras -y lo sigue haciendo- en tanto que se trata de una narrativa iniciática. Algunos le definiéran como un "pequeño gran tratado de magia cristalina", con un manual lleno de prácticas a lo largo del relato. 

Tras publicar en português, español, inglês, francés e italiano, de vender algunos cientos de miles de libros -"oficialmente", aparte del público que lo conoció por préstimos o en Bibliotecas, y de realizar centenares de charlas, conferencias y workshops, extraños eventos que no cabe comentar aquí de momento, se dejáran ver los efectos en el hecho de que las editoriales dejáran de reeditar mis libros pese a que la demanda de lectores interessados prosseguía, en particular, con relación a la trilogía inaugural con que empecé el camino vital como escritor al que acabé por dedicar mi vida.

Acortando una larga historia novelezca pero de no-ficción, en español, fue otra vez un editor catalán, de Barcelona, el que proporcionó a los lectores una nueva edición del primer libro de la trilogía de El Mago..". En la reedición del libro, le ofrecí al lector con un extenso prefacio. En él revelaba partes abreviadas del "libro paralelo" -no escrito- de acontecimientos que sucediéran con la trilogía y su autor desde la primera edición en Brasil del libro, entonces con el título de "La Magia de Fuego de los Cristales".

Pero pese al interés y los esfuerzos tanto del autor como del editor de la obra reeditada con este prefacio revelador, el libro fue ignorado por la prensa y casi no se distribuyó fuera de Catalunya, de modo que muy pocos admiradores o seguidores de la obra se enteráran de la história vital que he relatado en el prefacio de la reedición del primer libro de la trilogía, hace siete años.

A partir de hoy, esto se acabó. Felizmente, la tecnología cristalina avanzó y autores y autoras pueden comunicarse sin intermediários con su gente interesada. Lo celebro y agradezco al Gran Espíritu, así como a la legión de investigadores, técnicos, empresarios y tantos más que hicieran y hacen posible lo que -de momento- es Internet.

Así que en este primer de Octubre le liberaré la información aprisionada del prefacio en este blog, que es de derecho, justicia y transparencia el hecho de que, al que le interesse la información, la tenga con facilidad si la busca. El muro de hierro con el que se encerró la trilogía se está esfumando. Lo saludo. Y aquí tenéis lo que se trató de ocultar à revelía del autor. Con ayuda del Gran Espíritu y de la Divina Providencia Cristalina, trascendente, espiritual y encarnada, proseguimos. ¡Viva la transparencia! Muchos saludos. 

Aquí tenéis lo que ya no se podrá más ocultar, al que agregaré algunas matizaciones em paréntesis como "post scriptum". Gracias.

Prefacio de EL MAGO DE LOS CRISTALES. Por Francisco R. Boström.

© Francisco R. Boström, 2005
© 2005 de la reedición española: Barcelona (España). Febrero 2005

SUMARIO del LIBRO
I. El Anciano 21

II. Los dioses caídos y el Espíritu del Fuego 27

III. 2 + 2 = 5 35

IV. El ritual del fuego 43

V. El “personaje” del Anciano 51

VI. El ritual del éxtasis 59

VII. Las quintaesencias 65

VIII. Técnicas y prácticas 73

IX. Una evocación 89

X. La tempestad y la aldea 99

XI. Revelaciones de la antihistoria. El reino de Agharta 107

XII. Viaje por las estrellas 117

XIII. Rituales de culto a los dioses cristalizados 129

XIV. El ritual de la vitrola 137

XV. La Gran Ceremonia del Fuego 141

XVI. La despedida 149

Revelaciones de una épica por el Cristal Avatárico y su Civilización Cristalina, por la nueva humanidad del homo sapiens cristalinum que vendrá a transmutar y sustituir el homo "sapiens" bestialis todavía reinante para desgracia del mundo humano y la naturaleza:



PREFACIO A LA REEDICIÓN ESPAÑOLA DE EL MAGO DE LOS CRISTALES EM 2005

Cuando le hice saber a mi amado maestro que tenía la inspiración de plasmar mis experiencias con él y sus enseñanzas en un libro, me dijo que ya lo sabía y que lo estaba esperando. Pasados muchos siglos, era la primera vez que se haría pública la existencia de la Hermandad del Fuego y la Tradición Ígnea de las Piedras Sagradas.

Cuando acepté ser el mensajero que daría la cara por ello, sabiendo que era el único de sus discípulos al que permitiría hacerlo, me sentí agradecido por esta oportunidad de seguir mi auténtica vocación, escribiendo, siguiendo un camino espiritual que me apasionaba y al cual quería consagrar mi vida, e incluso halagado, por la confianza que el maestro había depositado en mí.

Jamás habría imaginado el oleaje que luego se me vendría encima, ni las fuerzas tremendas que el libro desataría. Él sí lo sabía, lo sabía todo, creo que desde el principio, incluso antes de que nos conociéramos en persona. Pero no me advirtió de lo que podría suceder después de la publicación del libro, claro. Esto es algo típico en él: le encanta bromear con la inconsciencia de los incautos.

Era muy joven también, precoz en algunos aspectos e inexperto en muchos otros. Que el gran maestro, a pesar de ello, hubiera creído en mí, confiándome que me diera a conocer públicamente por él para transmitir sus enseñanzas, para revelar los secretos de la Tradición de las Piedras, no podía ser sino por dos motivos: o porque era un loco perverso, o porque era un sabio que sabía muy bien lo que hacía.

Cuando se desataron fuerzas temibles que querían borrarme del mapa a causa del libro, seguir creyendo en que él era un auténtico gran maestro, que no era un bromista perverso y que sabía lo que hacía cuando me bendijo para que retransmitiera sus enseñanzas, fue para mí la roca a la cual me aferré para resistir al vendaval que a veces parecía que me iba a hacer añicos.

El Espíritu de Fuego es por naturaleza altamente inflamable y generó un ardor de entusiasmo sorprendente.

Muchísimas personas a las que ya les atraía el mundo de la magia y el esoterismo de los Cristales se llevó la gran sorpresa al descubrir que existía este Camino de las Piedras basado en el Fuego Sagrado. El chamanismo ancestral, revivido en los años de cambio hacia el nuevo milenio, produjo exaltación. Esto fue muy hermoso.

Miles de personas me escribieron pidiendo que les presentara al Anciano y que las introdujera en la Hermandad. Esta parte de la historia ya no era tan grata, pues no lo podía hacer. Él quería el anonimato, y la Hermandad tiene en la invisibilidad una de sus leyes más sagradas.

A pesar de ello, hubo quien me persiguió para que lo hiciera: extremistas que hicieron de todo para que yo revelara la identidad del maestro y su localización exacta. No lo hice ni lo haré, pues la lealtad iniciática es para mí un valor sagrado absoluto. No obstante, dejé el mundo de la empresa para dedicarme por entero a la Tradición Sagrada.

Por medio de cursos y seminarios, compartí con muchísimas personas lo que me estaba permitido trasmitir, manteniendo mis compromisos de hierro, oro y diamantes (espirituales) con el Anciano y su hermandad.

Por otra parte, no tenía opción, puesto que si quebrantaba los votos sagrados acabaría mal: aunque estoy seguro de que no sería por su causa sino por otros celosos guardianes de su entorno en el núcleo de la hermandad —los perros guardianes de la Tradición—. Pero no bajé la guardia ni falté a los votos que había jurado al ser iniciado.

El oleaje fue creciendo. Brasil vivía además una época de cambio histórico de trascendental magnitud. Canalicé en la medida de lo posible la fuerza generada por el Espíritu de Fuego y por el libro, participando activamente en el gran movimiento de renovación nacional que estaba ocurriendo tras el final del ciclo militar dictatorial de veinticinco años.

Para mí la magia de luz, la sociedad y la historia no eran compartimentos estancos sino realidades que debían progresar juntas hacia una nueva era. Me mojé hasta el cuello con este ideal, y me alegro de ello.

Más adelante, a medida que dicha militancia mágica ganó resonancia nacional e internacional, tras la exposición pública se produjo la ofensiva general: amenazas veladas o directas para que me detuviera, para que cambiara de rumbo, me dedicara a otros menesteres y desistiera del ideal abandonando la lucha; ataques de fundamentalistas religiosos airados que me acusaban por la radio de ser un mago negro (aunque sea moreno) subversivo; hostilidad por parte de fuerzas poderosas que tenían interés en que no se conociera lo que yo estaba divulgando y en que no se supiera el verdadero poder de muchos minerales: poderes maléficos que hicieron circular acusaciones falsas, totalmente infundadas, creando confusión y urdiendo trampas.

Por otro lado, surgieron muchos autodenominados seguidores fervorosos y trastornados que intentaron y casi consiguieron secuestrarme para que revelara más secretos. Hubo presiones económicas, que son muy eficaces, y gente haciendo barbaridades en mi nombre como si les hubiera encargado que lo hicieran. Aparecieron decenas de personas diciendo que eran el Anciano, o sus discípulos directos, intentando vender milagros a cambio de auténticas fortunas.

La reacción política aprovechó la ocasión para denigrarme como si fuera un farsante peligroso o un joven incontrolado. Parte de mi familia, exceptuando mi madre, quiso callarme internándome en un sanatorio o en una prisión y, si no, directamente en el tanatorio. “¿Quién se cree que es para salir por la tele hablando de magia y revolución?”, decían.

Mientras tanto, seguí moviéndome intensamente por el mundo de las sociedades espiritualistas, el ocultismo y las órdenes esotéricas, donde fui muy bien recibido. Me siento satisfecho de haber sido, en mi opinión, un buen puente para formar nuevas alianzas entre las fuerzas evolutivas afines que buscan un avance positivo para la humanidad.

Tras el cambio histórico, el resultado quedó por debajo de mis expectativas así como de las de muchísima gente. Consideré que mi trabajo en aquel momento estaba concluido y que necesitaba un cambio personal, con nuevos aires y menor presión.

Por ello acepté la invitación del primer editor que publicó El Mago de los Cristales fuera de Brasil, un catalán, de Barcelona capital. Además, me enamoré de España, así como de los pueblos y las gentes que fui conociendo, hasta que decidí quedarme (p.s.: y en España, amé Catalunya, adoptando desde el principio a Barcelona como mi ciudad-madre-adoptiva, a la vez que me apasioné por la gente y la vida que experimenté en Madrid, Valencia, Bilbao, Sevilla, Córdoba, y tantas otras capitales españolas más, que me recibieran maravillosamente, tanto a mi como a la obra que les presentaba).

Antes de que se me viniera encima el tercer gran oleaje, pensaba en irme discretamente, pero me dieron por desaparecido en Brasil: sin mi presencia física, surgieron falsas leyendas y algunos hasta se aprovecharon para obtener beneficios personales con los temas del libro a través de acciones que yo nunca aprobaría. Y en España, tras unos años agradables, por fin las fuerzas hostiles a la Tradición consiguieron su propósito y fui, en efecto, sutilmente secuestrado.

Primero aparecieron personas amables, aparentemente transparentes, que venían ofreciéndome su ayuda, dispuestos a facilitarme la vida. Estaba tan agotado que me dejé cuidar, y delegué en otros más responsabilidades sobre mi propia vida y mi trabajo de lo que debía.

Por fin, mis queridos ayudantes hicieron lo que en ultramar no habían conseguido los más perversos opositores. En vez de facilitarme el contacto con el público y con mis lectores y auténticos amigos, me convirtieron en un ser prácticamente invisible o desaparecido, oculto en una aparente burbuja protectora, en un principio cerca del mar, en la costa norte de Barcelona, y más adelante, en lo más recóndito de los Pirineos.

En realidad, los supuestos amigos y benefactores me pusieron en gran peligro (p.s.: con el tiempo descubrí hasta que punto les movía un interés puramente egoísta, y que lo que me ofrecían era una amistad condicionada, falsa, y finalmente, pérfida) incluso con riesgo de mi vida. Menos mal que toda burbuja es frágil y que la base que me sostenía, más allá de las apariencias, era fuerte y sólida.

Me salvé de milagro de que me arrebataran la vida cuando todavía sabía que había mucho por hacer. Por fin la burbuja estalló sin que yo, gracias a Dios, estallara con ella.

El Espíritu de Fuego intervino, el Anciano y su pequeña pero potente e influyente legión —a distancia— me ayudaron, aunque a menudo sentía como si él no estuviera o que yo ya no le interesaba. Los auténticos guardianes no faltaron, hicieron todo lo posible por ayudarme: aunque no los veía, siempre sentí su presencia, que agradezco profundamente.

El maestro de las piedras sagradas tampoco estuvo ausente en la pugna y socorrió al discípulo a distancia, aunque muy próximo en realidad, moviendo poderosas fuerzas espirituales desde su retiro. Con él y con la bendita energía cristalina, nací de nuevo.

Fui recuperando la libertad y, lo que es lo más importante para mí, el contacto con la gente que realmente se interesa por mi trabajo creativo así como por la información que comparto. No hubo institución alguna ni grupos organizados que me ayudaran, pero no faltaron las personas atentas ni los lectores insistentes que nunca desistieron de contactar conmigo y de ayudarme de verdad: es a ellos a quienes debo mucho, y siempre les estaré muy agradecido.

Mis trabajos escritos, venciendo grandes dificultades de tiempo y medios, han visto la luz pese a una cierta crueldad por parte de la industria del libro y de las artes en general hacia determinados creadores (p.s.: diría que a la gran mayoría). Concebí y parí libros como La Sabiduría de las Piedras, El Camino Interior, Cartas a Dios, La Montaña de las Esmeraldas, Tupán, En Busca de la Piedra Filosofal, Los Mandalas del Mago de los Cristales, y elaboré un buen número de otros textos mientras llevaba a cabo la obra a la que me he dedicado absolutamente desde hace años: el Curso “Piedra Filosofal” de Gemosofía.

“Piedra Filosofal” es un tratado enciclopédico de Gemosimbolismo y Gemoterapia Holística. Espero que en su momento pueda ayudar a muchos buscadores de la Trascendencia en el Camino espiritual de las Piedras Sagradas.

En él sigo compartiendo muchas enseñanzas del Anciano, además de los resultados de varios años de intensa investigación y experiencia. Mi mayor deseo es poder completarlo con éxito, pues se trata de una larga travesía por un vasto océano inestable, con frecuentes y temibles tormentas a bordo de un pequeño velero, pero entre hermosos paisajes; y el esfuerzo merece la pena.

Mientras tanto, se produjeron presiones para paralizar la edición, divulgación y conocimientos de El Mago de los Cristales pero, como por obra del soplo del Espíritu de Fuego, la información del libro siguió circulando en forma de fotocopias y préstamos. Mientras me hallaba “desaparecido” incluso fui traducido a varios idiomas sin consulta previa y sin mi autorización. El libro en papel se siguió vendiendo por Internet —sin el pago de los derechos de autor, claro—, pero lo importante es que la información siguió su camino y nada ni nadie la pudo detener. Por otros cauces, el agua cristalina o fuego espiritual del libro siguió fluyendo y la cara visible de la Tradición Cristalina se expandió.

Mi gran aspiración es que algún día no muy lejano sean muchas más los que puedan beneficiarse de estas fuerzas cristalinas y luminosas que tanto han hecho por mí (p.s.: y a tantas más personas cuyo bien testimonié a lo largo de años por medio de mis cursos y en contactos varios). Por ello estoy infinitamente agradecido a la energía divina de la conciencia cristalina; doy las gracias al divino Espíritu de Fuego y de Luz y, muy especialmente, a mi amado y sabio maestro, a quien, para respetar en todo momento su voluntad de discreción, seguiré llamando simplemente el Anciano Maestro de las Piedras Sagradas.

Para gran tristeza de sus discípulos, el Anciano desapareció de su retiro el día 9 de enero del año 1999, pero seguimos creyendo que permanece en su cuerpo físico. Por otra parte, por el hecho de poseer los poderes de la Piedra Filosofal, también creemos que él tiene la elección de seguir existiendo en este planeta durante varios siglos más si así lo estima conveniente, en calidad de inmortal.

En realidad, nunca llegué a creer que tenía los años que aparentaba. Por lo que sabemos, se adentró aún más profundamente en la jungla que adoraba y, en su momento, volverá.

Aunque a él siempre le encantó el juego del escondite, sigo viéndole y percibiéndolo, lo siento como si habláramos largo y tendido, bien en sueños o en meditación, y soy más consciente que nunca de su presencia a mi lado. A pesar de todo, ruego encarecidamente a la divina energía que me permita poder volver a verlo en persona, antes de irme yo mismo de este mundo.

De todos modos, sé que a fin de cuentas nada de ello es importante pues nuestro vínculo es tan antiguo que estoy convencido de que se mantendrá sea cual sea la dimensión en que nos encontremos. Él sigue formando parte de la misteriosa Orden de los Nueve Ancianos, y sé que su lugar no ha quedado vacante, de modo que sigue en la Tierra.

Los que formamos parte del Círculo de los Noventa y Nueve seguimos reverenciándole como a un maestro encarnado. El abanico se abrió y me consta que desde aquella época se expandió y se completó el círculo mandálico con 999 Iniciados en el Camino de las Piedras Sagradas, obrando por una realidad personal y colectiva más grata, como muchas otras personas lo están haciendo por todo el orbe con innumerables iniciativas esperanzadoras.

Tal como va el mundo, ojalá un día sean 999.000 Iniciados o cuantos más hagan falta para que pasemos de la terrible oscuridad de la época actual y de sus tragedias sin fin hacia una nueva Edad humana planetaria, una nueva, resplandeciente y feliz Civilización de Cristal. Así sea. Que la Bestia 666 no trascienda la Luz Crística de la Corriente 999: nuestra última y gran esperanza.

Miles de millones de sufrientes cada día claman al cielo que se detenga la barbarie actual, que Occidente y Oriente trabajen en armonía, que se solventen los grandes problemas mundiales con los medios simples y eficaces de que disponemos, sostenibles y no-destructores del medio ambiente: con la energía de la luz, de las piedras y el agua.

Pasemos lo antes posible de la oscura Era de la Piedra Fósil, el petróleo, de esta era que es un etapa Neolítica tardía, de muerte, a la Edad de la Piedra Avanzada de Vida, con chips de silicio y con una verdadera conciencia cristalina del agua. Seguimos adelante.

Todo libro posee un libro vital paralelo, en general no impreso, con las circunstancias del autor y su evolución, así como de los lectores y de todos los demás afectados por el libro, directa o indirectamente. Esta historia paralela no ha terminado y, por lo tanto, no puedo concluir esta extensa adenda sin unas últimas y breves aclaraciones acerca del contenido del presente libro:

1. El Ritual de la Vitrola no incapacitó del todo al traidor, enemigo del Anciano, sino que tan sólo fue neutralizado el mal que pretendía hacer.

2. El Anciano no puede ser definido como “mago blanco” o “negro”, ni “rojo” ni “gris”. En términos mágicos de color, quizás se le pueda considerar un mago “azul rojizo”, aunque tenga la tez clara. Pido excusas por el tono humorístico, pero lo cierto es que en absoluto se le puede definir: es un maestro y, como tal, está más allá de la dualidad.

3. Pese haberlo descrito diversas veces en el libro, debo decir que programar, quemar o sacrificar ritualmente cristales son prácticas potencialmente peligrosas, adecuadas tan sólo en momentos determinados y en condiciones excepcionales.

Lo describí con claridad y en detalle bajo la creencia en un ideal de transparencia que creo que se merece el lector por parte del autor, pero personalmente, excepto en casos muy puntuales, no se las recomiendo.

4. Al releer El Mago me sorprende la cantidad de información que hay en cada página, pero si quieres percibir entre toda esta información los secretos mejor guardados y los datos más importantes para tu desarrollo personal, sólo la relectura, pasado un buen espacio de tiempo, te los dará. Es la única forma por la cual las gemas espirituales más valiosas se dejan ver. Utilízalas luego con ecuanimidad, discreción y bondad.

5. Buena parte de todo lo que escribí anteriormente en relación con las venturas y desventuras de mi vida, así como de la gran guerra mágica oculta que estalló tras la publicación del libro, tiene que ver con la fórmula del Elixir de la Larga Vida que describí en el capítulo de técnicas y prácticas (p.s.: aunque considero una lástima a obsesión generalizada por la inmortalidad física frente la Iliminitud de otros mundos y dimensiones por dónde proseguir el viaje del Alma, a excepción de que se la busquen por una misión definida y legítima).

Para evitar nuevos percances en la re-edición del libro, pasados nueve años, debo decir que sí es cierto que por precaución omití un detalle clave de la fórmula. Pido excusas por ello y, confiando en la sabiduría del Espíritu de Fuego así como en las buenas intenciones de los que accedan a este secreto, quiero retratarme revelando que la fórmula completa de la inmortalidad, transmitida por el Anciano, incluye, aparte los nueve cuarzos hialinos, una gema de rubí, granate o almandino. Además, que basta con tener la rosa roja cerca de los cristales y el fuego, y que no hace falta quemarla junto a las piedras cada vez que se vuelve a programarlas.

6. Aparte de celebrarlo, quisiera decir que suceda lo que suceda en el curso de la Historia a sus discípulos, o a sus enemigos, tarde o temprano el Anciano y el Espíritu de Fuego —Ser de luz espiritual y claridad— triunfarán.

Agrade o desagrade, el hecho es que no hay nada que se pueda hacer al respecto. Su poder es absoluto. El futuro pertenece a los Inmortales, y bendecidos son los elegidos a compartir la dicha con ellos, porque son seres de luz que no se olvidan jamás de los más sinceros y leales servidores del Espíritu.

FRANCISCO R. BOSTRÖM

Barcelona, 9 de septiembre de 2004


Lo sucedido desde entonces ha sido a la vez bello y tremendo, una narrativa de libro que probablemente nunca escribiré, pues hay muchos otros escritos dedicados a la Revelación Cristalina, la Gemosofía y su Gemoterapia Holística. Pero veréis los resultados por los triunfos logrados pese a todo cuanto se opuso al mensaje del Cristal Avatárico, gran esperança redentora de una humanidad y civilización colapsadas. En breve, la obra estará disponible en formato digital, sin intermediarios, en contacto y relación directa entre autor y lector. ¡Viva la Edad de la Piedra Avanzada que comienza a efectos de la revolucionaria transparencia holística en el mundo humano! Muchos saludos,   Francisco Boström.  


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